El Sabio. Cap.6 (Dhammapada)
Imagen: W.Q.Judge es un sabio para los estudiantes de la Teosofía Original.
Vemos una descripción maravillosa de lo que es un SABIO. En este capítulo 6 del Dhammapada aparecen las siguientes características del Sabio auténtico:
El sabio tiene autoridad moral para corregir a los demás sin hacerles daño, controla su sensualidad y emociones, purifica su mente, tiene atención plena, se esfuerza y trabaja mucho, es estable y tranquilo. Desarrolla su 5º principio MANAS ( Inteligencia y Compasión) conscientemente. No tiene ambiciones mundanas y/o vulgares, no es hogareño (el karma "hogareño" se agota tarde o temprano para todos y muchos estudiantes de Teosofía sustituyen paulatinamente algunas actividades mundanas por el SERVICIO, sin abandonar los deberes familiares). El Sabio será rechazado por los egoístas pues vive los valores opuestos a los de la masa, es el "bicho raro" de las sociedades materialistas decadentes.
Dhammapada: EL SABIO. Cap. 6
76. Si alguien encuentra a un hombre sabio
que le señale sus faltas y las repruebe,
con semejante sabio vale la pena asociarse
y tratarlo como a alguien que le ayuda a descubrir tesoros.
Esta clase de relación enriquece
y nunca declina.
77. Deja que te exhorte, deja que te instruya,
que te detenga antes que seas humillado.
Semejante amigo es apreciado por los virtuosos,
pero parece repulsivo a los malvados.
78. No te asocies con malos amigos,
no hay compañía con hombres malvados.
Pasa tu tiempo con amigos nobles,
asóciate con los mejores hombres.
79. Feliz es aquel que bebe de la fuente del Dhamma (requisistos para la Iluminación),
con la mente limpia y fresca.
El sabio se deleita siempre
en el Dhamma proclamado por los Nobles.
80. Los que riegan dominan el agua,
los arqueros moldean las flechas,
los carpinteros tallan la madera,
y los hombres sabios refrenan su propia mente.
81. Al igual que una imponente roca
no se agita con el viento,
así también el sabio permanece inamovible,
tanto frente al elogio, como ante la calumnia.
82. Como un lago profundo,
calmo y trasparente,
así de serenos se vuelven
los sabios cuando escuchan la Enseñanza.
83. El Noble a nada se apega,
no se entretiene con charlas sensuales,
y cuando le alcanza el placer o la pena,
no se excita ni se abate.
84. Ni para sí mismo ni para otros
uno debería desear hijos, riquezas y poder;
tampoco debería buscar éxitos equivocados;
así uno será virtuoso y sabio, realmente recto.
85. Entre todos los seres humanos,
son pocos los que cruzan a la lejana orilla,
la gran masa de ellos,
se mantiene corriendo sólo por ésta, más cercana.
86. Pero aquellos que practican la Enseñanza ( Dhamma o Teosofía práctica),
la Enseñanza bien expuesta,
esas gentes irán a la otra orilla,
que es tan difícil de cruzar,
más allá del dominio de la muerte.
87. Abandonando los estados mentales impuros,
el sabio debe cultivar la pureza,
renunciando a la vida hogareña,
se instala en aquella liberación.
88. Tomando interés por esta liberación,
renuncia a los placeres y las posesiones,
el sabio se purifica a sí mismo,
de los impedimentos mentales.
89. Aquellos que bien desarrollan
los factores la Iluminación,
deleitándose en la falta del apego,
no aferrándose a nada,
ellos son los que, sin las impurezas y radiantes,
incluso en este mundo, alcanzan el Nibbana en este mundo.
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