29 de septiembre de 2022

POEMA " TE DESEO TIEMPO"

 POEMA DE INDIOS NATIVOS DE AMÉRICA DEL NORTE

" TE DESEO TIEMPO"



No te deseo un regalo cualquiera,

te deseo aquello que la mayoría no tiene,
te deseo tiempo, para reír y divertirte,
sí lo usas adecuadamente podrás obtener de él lo que quieras.

 

Te deseo tiempo para tu quehacer y tu pensar

no sólo para ti mismo sino también para dedicárselo a los demás.

 

Te deseo tiempo no para apurarte y andar con prisas

sino para que siempre estés contento.

 

Te deseo tiempo, no sólo para que transcurra,

sino para que te quede:

 

tiempo para asombrarte y tiempo para tener confianza

y no sólo para que lo veas en el reloj.

 

Te deseo tiempo para que toques las estrellas

y tiempo para crecer, para madurar. Para ser tú.

 

Te deseo tiempo, para tener esperanza otra vez y para amar,

no tiene sentido añorar.

 

Te deseo tiempo para que te encuentres contigo mismo,

para vivir cada día, cada hora, cada minuto como un regalo.

 

También te deseo tiempo para perdonar y aceptar.

 

Te deseo de corazón que tengas tiempo,

tiempo para la vida y para tu vida

 

 

Civilización, la muerte del arte y de la belleza

 Civilización, la Muerte del Arte y de la Belleza


 


COMENTARIOS DE SÍNTESIS DE TEOSOFIAES: En este artículo HPB critica - justificadamente- la civilización bárbara occidental, y la emulación que hace Oriente de Europa, para su desgracia (La China actual quiere superar a Occidente en materialismo y tiranía, a este paso lo va a conseguir...). HPB considera que el llamado " progreso" no es tan bueno como lo venden y que éste es sinónimo de egoísmo y materialismo. Esta engreída civilización fomenta -a grandes rasgos- la codicia (el consumismo del siglo XX-XXI es más escandaloso que el del siglo XIX), el vacío de ideales espirituales, el narcisismo, el crímen, la destrucción de la naturaleza, y otras miserias. 

Profecías de HPB: 1) El materialismo se adueña del arte, predomina la especulación antes que la belleza. 2) Un nuevo modelo de belleza física es la extrema delgadez -HPB no pudo adivinar la aparición de trastornos alimentarios como la anorexia que se nutre de cánones de belleza enfermizos o antinaturales). 3) "La civilización ha alcanzado su hora final", la civilización omniarrasadora, ¡si¡, esto lo dice HPB. 4) Los climas están cambiando... 5) Promiscuidad y libertinaje del " hermoso país" de España... (obviamente, sucede lo mismo en otros países), también critica las corridas de toros que son una carnicería que no apoya ningún teósofo sensato. 6) La religión se convierte en pura hipocresía, dice que los cristianos modernos son racistas y sectarios.7) Critica la esclavitud y su nueva forma " la explotación laboral". 8) Habla de drogas como el opio y otros vicios. ETC, ETC... 

Si HPB viera como está el mundo hoy (2022) se horrorizaría más si eso es posible, pues posiblemente se encuentra al borde de la aniquilación o destrucción física, -dicho esto sin ánimo de alarmar a nadie-, no lo digo yo, lo dice A.Guterres, Secretario General de la ONU.  

En resúmen: los múltiples problemas del mundo moderno " no civilizado" tienen raíces espirituales, combatiendo al materialismo, su ignorancia-ateísmo y falsedades se podría corregir a la descarriada humanidad, y esto es precisamente lo que hace la Teosofía y este Blog TEOSOFIAES.

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Civilización, la muerte del arte y de la belleza

En una entrevista al encomiado violinista húngaro, M. Remenyi, el periodista de “Pall Mall Gazette” transcribe la narración del artista concerniente a algunas experiencias interesantes que tuvo en el Lejano Oriente. Según su relato: “Fui el primer artista europeo que jamás tocó en presencia del Micado de Japón”. Sin embargo, el violinista, remitiéndose a lo que siempre ha sido artículo de profunda pena para todo amante de lo artístico y de lo pintoresco, agrega: 

El 8 de Agosto de 1886, me presenté frente a Su Majestad, desafortunadamente, un día memorable por el cambio de vestuario dispuesto por la Emperatriz. En esa jornada, ella misma, abandonando la exquisita belleza de los ropajes femeninos japoneses, apareció, por primera vez en mi concierto, en un vestido europeo y al verla, mi corazón sufrió. Si hubiese sido impávido, la hubiera acogido con un gran gemido desesperado entonado por mi violín itinerante. Seis damas la acompañaban, caminando con infinita gracia y encanto, ataviadas con vestidos autóctonos. 

¡Ay! ¡Sin embargo, esto no es todo! Veamos lo que dice del Micado, este personaje hasta la fecha sagrado, misterioso, invisible e inalcanzable. 

¡El mismo Micado traía puesto el uniforme de un general europeo! En aquel período, la etiqueta de corte era tan severa, que me informaron, anticipadamente, que no se podía permitir la entrada a la sala de su Majestad a mi acompañante. Tuve un buen sucedáneo en mi ambajador, Conde Zalusky, el cual, habiendo sido un discípulo de Liszt, podía acompañarme. Usted se quedará estupefacto cuando le diga que, habiendo escogido, como primera pieza en el programa, mi transcripción para violín en C agudo menor polonesa por Chopin, un segmento musical de sumo valor intrínseco y de reconditeces poéticas, el Emperador, una vez terminada la composición, indicó al Conde Ito, su primer ministro, que se repitiera. El gusto de los japoneses es impecable. Me cobijaron de regalos cuyo valor es incomensurable, es suficeinte decir que uno de ellos era un estuche bornizado de oro del siglo diecisiete. Toqué en Hong Kong y en las afueras de Cantón; ya que no se le permite a ningún europeo vivir en el interior. Ahí emprendí una interesante excursión a la posesión portuguesa de Macao visitando la cueva donde Camoëns escribió su “Lusiad.” Fue interesante notar que en la perifería de la ciudad china de Macao, se perfilaba una ciudad europea portuguesa que hasta la fecha se ha conservado intacta desde el siglo dieciséis. En el medio de la exquisita vegetación tropical de Java y no obstante el calor asfixiante, ejecuté 62 conciertos en 67 días, viajando por toda la isla, observando sus antigüedades: la principal de las cuales es un templo budista muy hermoso, el Boro Budhur o los Muchos Budas. Este edificio contiene tantas imágenes que se extienden por seis millas y es un sólido bloque de piedra más amplio que las pirámides. Los habitantes de Java cuentan con una orquesta extraordinariamente melodiosa en el Samelang nacional, la cual consiste de 18 instrumentos de percusión tocados por 18 personas. Sin embargo, a fin de oír esta orquesta con su más atípico coro oriental y danzas extáticas, se debe tener el privilegio de ser invitado por el Sultán de Solo, “el Unico Emperador del Mundo.” No he visto ni oído nada más maravilloso y poético que las Serimpis danzadas por nueve princesas reales. 

¿Dónde están los estetas de hace algunos años? ¿O esta pequeña confederación de amantes del arte era únicamente una de las burbujas de jabón de nuestro fin de siglo, imbuída de promesas y sugerencias de muchas posibilidades, pero muerta en lo que concierne a las obras y a la acción? O si entre ellos, aún existen algunos verdaderos amantes del arte, por qué no se organizan eviando misioneros por todo el mundo a fin de asesorar, al Japón pintoresco y a otros países en víspera de caer víctimas, que emular la cultura y la fascinación aleatorias europeas, implica el suicidio para una tierra no cristiana. Quiere decir el sacrificio de la propia individualidad por un boato de sombras vacuas y, en la mejor de las hipótesis, es trocar el original y el pintoresco por el vulgar y el repugnante. En realidad, ha sonado la hora de que se tomen algunas medidas en esta dirección antes de que la civilización mistificadora de las naciones engreídas más recientes, haya irrecuperablemente hipnotizado las razas más antiguas haciéndolas sucumbir mediante las estratagemas de sus árboles upas y su presunta superioridad. De otra manera, muy pronto desaparecerán las artes de antaño, las creaciones primorosas y cualquier cosa original y única en su género. Ya están evaporándose los vestidos nacionales, los hábitos seculares y todo lo que es bello, primoroso y que vale la pena preservar. ¡Ay! quizá muy pronto las mejores reliquias pretéritas se puedan únicamente encontrar en los museos, en tristes ejemplares preservados en vitrinas. 

Esta es la obra y el resultado inevitable de nuestra moderna civilización. En realidad, sus efectos visibles son superficiales, bajo la forma de “bendiciones” que presuntamente ha otorgado al mundo, mientras sus raíces están podridas hasta el meollo. Su progreso ha suscitado el egoísmo y el materialismo, las dos más grandes maldiciones de las naciones y además, el materialismo, muy seguramente conducirá a la aniquilación del arte y de la apreciación de lo que es verdaderamente harmonioso y bello. Hasta la fecha, el materialismo se ha simplemente encauzado hacia una tendencia universal a la unificación en el plano material y a una diversidad correspondiente en aquel del pensamiento y del espíritu. Esta tendencia universal induce a la humanidad a aspirar o más bien, a gravitar en el nivel más ínfimo de todos: el plano de la vacua apariencia. A fin de realizar ésto, se vale de la ambición y de la codicia egoísta de la gente, fomentándola en una incesante búsqueda para alcanzar la riqueza y el obtenimiento, a cualquier precio, de las presuntas bendiciones de esta vida. El materialismo y la indiferencia hacia todo, exceptuando la realización egoísta de acumular riqueza y poder y una profusa inoculación de la vanidad nacional y personal, han, gradualmente, conducido a las naciones y a los seres humanos casi al completo olvido de los ideales espirituales, del amor por la naturaleza y de la correcta apreciación de las cosas. 

Nuestra civilización occidental, análogamente a una lepra horrible, ha contaminado todas las partes del globo, endureciendo el corazón humano. Su pretexto inveraz y mistificador es: “la salvación del Alma.” Cuando en realidad, el verdadero propósito es la codicia para recabar una pingüe ganancia vendiendo opio, ron y difundir los vicios europeos. En el Extremo Oriente ha infectado a las clases altas de los “paganos” con el espíritu de emulación, excepción hecha por China, cuyo conservadurismo nacional se merece nuestro respeto. 

Mientras en Europa ha establecido la moda ¡aún entre el proletariado escuálido y hambriento! En los últimos treinta años, parece que un espíritu malvado dispuesto a tentar a la humanidad, haya contemplado una reversión aparente y engañadora hacia el tipo ancestral, que la teoría darwiniana asignó a la humanidad en sus caraterísticas morales y físicas, pues, casi toda raza y nación bajo el sol en Asia, se ha desenfrenado en su paroxismo por emular a Europa. Si a ésto le agregamos un conato frenético por la completa destrucción de la naturaleza y de todo vestigio de las civilizaciones antiguas que nos superaban en las artes, la piedad y la apreciación de lo grandioso y de lo harmonioso, es obvio que resulten estas calamidades nacionales. Por lo tanto, actualmente, notamos que el Japón artístico y pintoresco sucumbe  a la tentación de justificar la “teoría del mono”; ya que su población emula, de manera simiesca, a la artificial Europa conduciendo el país al mismo nivel de codicia e hipocresía de esta última. Desde luego, Europa es, ciertamente, todo lo antedicho. Es hipócrita y mistificadora a partir de sus diplomáticos hasta los custodios de la religión, desde sus leyes políticas hasta aquellas sociales. Su codicia y brutalidad trascienden cualquier expresión en sus caraterísticas injerentes. Aún, existen personas que se maravillan del degrado paulatino del verdadero arte, ¡cómo si éste pudiese subsistir desprovisto de imaginación, fantasía y una justa apreciación de lo bello en la naturaleza o sin poesía y elevadas aspiraciones religiosas y por lo tanto, metafísicas! Según se dice, cada año las galerías de cuadros y esculturas disminuyen en calidad y aumentan en cantidad. La gente se queja que, mientras existe una profusa producción ordinaria, prevalece una gran escasez de cuadros y estatuas notables. ¿No es ésto atribuible, ostensiblemente, a los hechos de que: (a) muy pronto los artistas se beneficiarán de modelos no mejores que la naturaleza muerta como fuente de inspiración y (b) que el interés eje no es la creación de objetos artísticos, sino sus rápidas ventas y ganancias. Bajo estas condiciones, la caída del verdadero arte es simplemente una consecuencia natural. La marcha triunfal y la invasión de la civilización sacrifican el trinomio naturaleza, ser humano y éticas, convirtiendo rápidamente la primera en artificial. 

Los climas están cambiando y muy pronto la superficie de todo el globo terráqueo se alterará. Bajo las manos asesinas de los pioneros de la civilización, la completa destrucción de forestas primordiales está causando el secamiento de los ríos. La apertura del canal de Suez ha cambiado el clima de Egipto, mientras el canal de Panamá desviará el curso de la Corriente del Golfo. Los países tropicales casi están llegando a tener un clima frío y lluvioso, mientras sobre las tierras fértiles se cierne la amenaza que se transformen en desiertos arenosos. En algunos años, en un radio de cincuenta millas alrededor de nuestras metrópolis, no permanecerá un solo sitio rural que la especulación vulgar no haya violado. Diariamente, lo grotesco y lo artificial suplantan el panorama pintoresco y natural. Escasos son los paisajes de la hermosa naturaleza inglesa que no se hayan desvirtuado con publicidad de jabón y otros productos. El humo, los olores de las untuosas máquinas del tren y los efluvios mefíticos del gin, del whiskey y de la cerveza, están contaminando el aire cristalino del campo. Una vez que todo lugar natural del paisaje circundante haya desaparecido y la vista del pintor se encuentre circunscrita sólo a los productos artificiales y horribles de la especulación moderna, al gusto artístico se le deparará el mismo destino: desaparecerá con el panorama natural. 

Ruskin, hablando del arte dice: “Ningún ser jamás trabajó ni trabajará bien si no acude a la vista efectiva o a la vista de la fe.” Por lo tanto, los primeros veinticinco años del próximo siglo, presenciarán a paisajistas que nunca vieron un acre de tierra libre del mejoramiento humano. Mientras en el caso de los retratistas, sus ideas acerca de la belleza femenina estribarán en mujeres con cinturas en forma de avispa, comprimidas en corsé, sin senos y tísicas. Seguramente, estas modelos no son las musas que inspiraron un cuadro que Horacio define: “un poema sin palabras.” Las parisienses y las londinenses cokcneys que emulan a las mujeres del campo italianas o las beduinas arabes, jamás podrán sustituir el artículo genuino. Además, gracias a la “civilización”, tanto las beduinas como las campesinas italianas, están rápidamente convirtiéndose en cosas obsoletas. 

En el próximo siglo, ¿dónde encontrarán, los artistas, modelos genuinas, cuando los abrigos y los sombreros europeos adornen los conjuntos de nomadas libres del desierto y quizá todas las tribus africanas o lo que permanecerá de ellas después de la masacre efectuada por los cánones, el ron y el opio del civilizador cristiano? Por lo tanto, es evidente que ésto es lo que precisamente se depara para el arte bajo el progreso beneficioso de la civilización moderna. 

¡Ay! Ufanémonos de las bendiciones de la civilización de todos modos. Pavoneémonos de nuestras ciencias y de los grandes descubrimientos de la edad, sus logros en las artes mecánicas, sus ferrocarriles, sus teléfonos y baterías eléctricas. Sin embargo, no olvidémos adquirir, pagando precios exorbitantes, los cuadros y las estatuas primorosas de los bárbaros incivilizados de la antigüedad y del medioevo, ya que jamás se volverán a reproducir. La civilización ha alcanzado su hora final. Se ha asestado el golpe mortal a las artes antiguas y la última década de nuestro siglo está ensamblando el mundo al funeral de todo lo que era grandioso, genuino y original en las civilizaciones de antaño. Oh amantes del arte, ¿Hubiera Rafael creado una sóla de sus numerosas Madonnas si hubiese tenido, como fuente de inspiración para su genio, sólo las modelos actuales o las Virgenes en los rincones de la Italia moderna en crinolinas y botas con tacones altos, en lugar de la Fornarina y de las mujeres voluptuosas como Juno de la zona Trastevere de Roma? O Andrea del Sarto ¿hubiera producido su famosa “Venus y Cupido” inspirándose en una chica de la clase trabajadora del West End londinense, una de las últimas víctimas de la moda que, bajo la sombra de un gigantesco sombrero a la mosquetera lleno de plumas como la cabeza de un jefe indio, se guarece una mocosa granujienta de los barrios pobres? Y Ticiano ¿cómo hubiera podido inmortalizar a las damas venecianas de las clases patricias con la cabellera áurea, si hubiese sido constriñido a moverse por toda su vida en la sociedad de nuestras “bellezas profesionales” actuales, las cuales, tiñéndose el cabello color paja, lo transforman en el pelo de un gato de Angora? No sería una híperbole impávida afirmar, con la máxima confianza, que jamás el mundo hubiera tenido la Atena Limnia de Phidias, aquel ideal de la belleza en cara y forma, si Aspasia, la Milese, o las hermosas hijas de Hella, ya sea en los días de Pericles o en otros, hubiesen desfigurado esa “forma” con almohadilla y cubierto la “cara” con polvo blanco, siguiendo la moda de las momias de los difuntos egipcios. Lo mismo se nota en la arquitectura. Ni siquiera el genio de Miguel Angel hubiera podido evitar el golpe mortal asestado por la vista de la Torre Eiffel o el Albert Hall, o el aún más horrible Albert Memorial. Al mismo tiempo, ¡tampoco la actual condición de degrado y de restauro del Coliseo y del Palacio de los Cesares, hubiera podido inspirarle ideas sugestivas! 

En nuestros días de civilización, ¿a dónde podríamos ir para encontrar lo natural o simplemente lo pintoresco? ¿Todavía a Italia, Suiza o España? La bahía de Napoles, gracias a ese espíritu de emulación que ha infectado al globo terráqueo, ha perdido sus características más primorosas y originales, aún cuando sus aguas fuesen tan azules y transparentes como en el día en que la gente de Cuma eligió su ribera para afincar una colonia y sus panoramas circunstantes fuesen gloriosamente hermosos como siempre. Está desprovista de sus languidas, escuálidas, sin embargo intensamente pintorescas, figuras de antaño. Carece de sus lazzaroni y barcaioli, sus pescadores y campesinas. Hoy, en lugar del gorro Phrigio antiguo, rojo y azul y las siluetas estatuarias de las campesinas semidesnudas en andrajos poéticos, vemos solamente las caricaturas de la civilización y de la moda moderna. El sonido de la alegre tarantella no reverbera más en las arenas frescas iluminadas por la luna, en su lugar tenemos la cuadrilla moderna en los restaurantes con luz de gas e imbuídos con un mordiente olor a licor de enebro. La inmundicia aún llena  la ciudad como en el pasado; pero resulta ser más evidente en el abrigo gastado y en el gorro un tiempo en boga y ahora pasado de moda, que los napolitanos, un tiempo pintorescos, han recuperado en las zanjas de los hoteles para adornar sus cabezas despeinadas. Los caracteres pintorescos han desaparecido y no existe nada que distinga al lazzarone napolitano del gondoliere veneciano, del bandido calabrese o del basurero y del desamparado londinense. Las aguas inmóviles e iluminadas por el sol del Canal Grande no acogen más sus góndolas que durante los días festivos se atestaban de venecianos vestidos alegramente, con barqueros y chicas pintorescos. La góndola negra, que silenciosamente se delsliza por las aguas bajo los balcones bien entallados de los antiguos palacios patricios, en lugar de ser como aquella de hace treinta años, ahora se asemeja a un ataúd flotante con un remero austero vestido de negro que, remando, la conduce hacia la Estigia. Venecia tiene un aspecto más melancólico ahora que cuando se encontraba bajo el yugo de los austríacos de los cuales Napoleón III la liberó. Una vez en tierra firme, es difícil distinguir entre el gondoliere y su pasajero, un parlamentario británico que transcurre sus vacaciones en la antigua ciudad de los Duques. 

Esta es la mano homogeneizadora de la civilización omniarrasadora. Lo mismo acontece en el resto de Europa. Consideremos a Suiza. Hace diez años, cada Cantón tenía su vestido nacional tan limpio y fresco como era particular. Hoy, a la gente le ruboriza ponerselo. Quieren que se les confunda con los turistas extranjeros para que se les considere una nación civilizada que sigue hasta la moda. Pasemos a España. En el país del Cid, entre todas las reliquias antiguas, permanece sólo el mordiente aroma del aceite de oliva y del ajo como recordatorios de la poesía de antaño. La linda mantilla ha casi desaparecido. El orgulloso desamparado hidalgo ha dejado los rincones de las calles. Las serenatas nocturnas de los Romeos enamorados han pasado de moda y la dueña contempla el dedicarse a los derechos de las mujeres. Los miembros de la Asociación “Pureza Social” darán gracias a “Dios” por ésto, achacando el cambio a las reformas cristianas y morales de la civilización. Sin embargo, la moralidad española ¿ha ganado algún beneficio al desaparecer los enamorados y las dueñas nocturnas? Tenemos todo el derecho en decir que no. Un Don Juan fuera de casa es menos peligroso que uno dentro de casa. En España, la inmoralidad está medrando como siempre, si no más y debe ser así especialmente cuando, aún la revista “Harper’s Guide Book” menciona: “En todas las clases, particularmente la alta, la moralidad se encuentra en un estado de degrado. Los velos se hacen a un lado, las serenatas escasean, sin embargo la galantería y la trama son tan profusas como siempre. Los hombres casi ignoran sus obligaciones matrimoniales y las mujeres son víctimas condescendientes de una galantería descarada.” (España, “Madrid” página 678). En ésto, España es equiparable a todos los demás países civilizados o que están civilizándose y seguramente su condición no es peor que la de muchas otras naciones que podríamos nominar. Sin embargo, es posible afirmar que, en verdad, cuanto ha perdido en poesía a través de la civilización, lo ha ganado en hipocresía y en una moralidad libertina. El Cortejo se ha convertido en el petit crevé, las castañuelas están silenciosas porque, acaso, el ruido de las botellas de champán que se abren, proporciona más excitación a la nación en su rápido proceso de civilización. Las Andalusas con la epidermis color oliva, al usar los cosméticos y el polvo para la cara parecen que hayan sido sepultadas con Alfred de Musset. En realidad, los dioses han sido propicios con Alhambra, permitiéndole quemarse antes de que las orgias de embriagados desvirtuaran su casta belleza morisca, como acontece con los templos entallados en piedra en la India y con las pirámides. Esta maravillosa reliquia arábiga había ya sido víctima del mejoramiento cristiano. Según la tradición y la historia de Granada, los monjes de Fernando e Isabela convirtieron Alhambra, “el palacio con flores petrificadas cuya matiz parecía a las alas seráficas,” en una mefítica carcel para ladrones y asesinos. Los especuladores modernos habrían hecho peor: contaminando con publicidad sus paredes y sus cielos taraceados de perlas, las hermosas doraduras, los estucos, los descomunales arabescos, las esculturas marmóreas, después de que los Inquisidores habían, ya una vez, cubierto el edificio con jalbegue y permitido a los guardianes de la carcel el uso de los vestíbulos de Alhambra para sus asnos y vacas. No cabe duda que, en este nivel de civilización moderna, el paroxismo de los madrileños para emular a los franceses y a los ingleses debe haber infectado toda provincia española y por lo tanto, podemos considerar muerto a este hermoso país. Un amigo presenció fiestas en las cuales los “aperitivos” se vertían cerca de la fuente marmórea de Alhambra, sobre las manchas de sangre dejadas por los desafortunados Abanceragos matados por Boabdil, mientras en la Corte de los Leones, un grupo de obreras y soldados de Granada, ejecutaron un genuino cancán parisiense. Sin embargo, éstos son simplemente signos anodinos del tiempo y de la difusión de la cultura entre las clases media y baja. Cada vez que el espíritu de emulación se apodera del corazón de una nación: las pobres clases obreras, el elemento nacional desaparece y el país está a punto de perder su individualidad y todas las cosas empeoran. ¡De qué sirve hablar con voz estentórea de los “beneficios de la civilización Cristiana”, por haber edulcorado la moral pública, refinado los hábitos y los modales, etc., etc., cuando nuestra civilización ha alcanzado todo lo contrario! 

Según Burke, la civilización dependió por años de “dos principios *...+ el espíritu caballeroso y el espíritu religioso.” ¿Cuántos verdaderos caballeros hemos dejado si los comparamos, aún, con los días de la caballería semibárbara? La religión se ha convertido en hipocresía mientras actualmente, al espíritu religioso se le considera como disparate. Según se alega: la civilización “ha aniquilado el bandidaje, establecido la seguridad pública, elevado la moralidad y construido ferrocarriles que ahora constelan la superficie del globo.” ¿Verdaderamente? Analicemos, seria e imparcialmente, todos estos “beneficios” y pronto constataremos que la civilización no ha realizado nada del género. En la mejor de las hipótesis, ha colocado una nariz postiza sobre todo mal del Pasado, agregando la hipocresía y la falsa pretensión a la fealdad natural de cada uno. Si es verdadero que en algunos centros europeos civilizados, véase la perifería romana, el Bois de Boulogne parisiense o el Hampstead Heath inglés, se han liquidado a los bandidos de los itinerarios más traficados, es también una realidad que el robo ha desaparecido sólo como especialidad; ya que éste se ha convertido en una ocupación común en cada ciudad grande o pequeña. El ladrón y el degollador han simplemente cambiado su vestido y apariencia, ataviándose con la livrea de la civilización, el feo ropaje moderno. 

Actualmente, en lugar de ser víctimas de un robo bajo la frondosa capa de la selva y la protección de la oscuridad, a la gente se le desvalija bajo la luz eléctrica de los bares, la protección de las leyes comerciales y las regulaciones policíacas. En lo que concierne al bandolerismo a la luz del día, la Mafia de New Orleans y la Mala Vita siciliana, obligan a los altos oficiales, a la población, a la policía y a los jurados a seguirle el juego a las bandas regularmente organizadas de asesinos, ladrones y tiranos, 2 en la rutilante “cultura” europea. 

Esto muestra cuán lejos nuestra civilización haya logrado establecer la seguridad pública o la religión cristiana haya ablandado los corazones de los seres humanos, los modales y las costumbres del pasado bárbaro. A las modernas enciclopedias les encanta extenderse sobre el decaimiento de Roma y sus horrores paganos. Sin embargo, si las más recientes ediciones del “Diccionario de la Biografía Griega y Romana” fuesen suficientemente honestas en delinear un paralelo entre esos “monstruos de depravación” de la antigua civilización: Messalina, Faustina, Nerón, Commodo y la aristocracia moderna europea, discerneríamos que ésta última puede enseñar algo a los primeros, al menos en lo que atañe a la hipocresía social. Entre la “desvergonzada y bestial disolución” del Emperador Commodo y la depravación igualmente bestial de más que un “Honorable” alto oficial representante del pueblo, la única diferencia significativa es la siguiente: mientras Commodo era un miembro de todos los colegios sacerdotales del paganismo, el libertino moderno puede ser un alto feligrés de las iglesias cristianas evangélicas, un encomiado y piadoso discípulo de Moody, Sankey y así sucesivamente. El Calchas de la opereta “La Bella Helena”, no es el personaje Homírico; sino el moderno Pecksniff sacerdotal y sus seguidores. En lo que concierne a los ferrocarriles y a la “aniquilación del espacio y del tiempo,” no se ha aún pronunciado la última palabra si éstos no matan más personas en un mes que las que los bandoleros europeos solían eliminar en un año; por no hablar de la miseria y del hambre que la introducción de las maquínas a vapor y cualquier otro tipo de mecanización, ha causado a aquellos que, por años, dependían de su labor manual. Además, las víctimas de las vías férreas fallecen bajo circuntancias cuyo horror trasciende cualquier escenario que el degollador hubiese ideado. Casi diariamente, se lee de desastres ferroviarios en los cuales docenas de personas mueren “quemadas vivas en los restos incandescentes, mutiladas y aplastadas de manera irreconocible.” 3 Esto es, indudablemente, peor que los viejos bandoleros de Newgate. 

Al mismo tiempo, la propagación de la civilización no ha debelado el crimen para nada, en cambio, debido al progreso científico en la química y en la física, es más difícil detectarlo y su realización es mucho más devastante ahora que jamás en el pasado. Si se habla de la civilización cristiana como el factor determinante en el mejoramiento de la moralidad, siendo la única religión ¡qué ha establecido y reconocido la Hermandad Universal! será suficiente observar los sentimientos fraternos que los cristianos americanos demuestran hacia las poblaciones autóctonas y los negros, cuya ciudadanía es la farsa de la era. Considerad el amor del anglo-indiano para el “manso hindú”, el musulmán y el budista. Mirad “como estos cristianos se aman los unos a los otros” en sus incesantes disputas legales, las calumnias y el odio recíproco de las iglesias y de las sectas. La civilización moderna y el cristianismo son el aceite y el agua: nunca se entreverarán. Las naciones que diariamente son el teatro de los crímenes más horrendos,

( 2 Consúltese “El Paraíso Del Degollador” en la revista “Edinburgh Review” de Abril 1877 y su resumen en “Pall Mall Gazzette” de 15 de Abril 1891: “El Homicidio Como Profesión.” 3 Por ejemplo, he aquí un telegrama Reuter de América, donde tales accidentes acontecen casi diariamente, el cual menciona los pormenores de un desastre ferroviario: “Uno de los vagones enganchado a un tren que transportaba cascajo con cinco obreros italianos a bordo, fue catapultado al centro de los restos y el todo se incendió. Dos de los hombres murieron en el impacto, mientras los tres restantes, aprisonados en los pecios, estaban heridos. Cuando las llamas los alcanzaron, sus gritos y gemidos eran desconsoladores. Debido a la posición del vagón y el calor intenso, los rescatadores no pudieron salvarlos y fueron forzados verlos morir lentamente, mientras las llamas los devoraban. Según consta, todas las víctimas dejan familias.”)

 , no tienen ningún derecho a engreirse de su civilización; ya que se regocijan en leer las historias de los varios Tropmanns, Jack los destripadores y los caracteres más maléficos como la señora Reeves, la figura axial en el comercio de la matanza de niños, que se cree haya alcanzado las 300 víctimas, simplemente por motivos de lucro. 

Estas son naciones que no sólo permiten; sino que fomentan a un Mónaco con sus huestes de suicidas, patrocinan el boxeo y las corridas de toros, deportes inútiles y crueles y hasta la vivisección indiscriminada. Además, siendo naciones que por motivaciones políticas no se atreven a abolir el comercio de esclavos de una vez por todas y embulladas por la codicia y el lucro, titubean en abrogar el tráfico de opio y whiski, prosperando sobre la miseria y el degrado indecible de millones de seres humanos, no tienen ningún derecho en llamarse ya sea cristianas o civilizadas. 

En fin, una civilización que conduce únicamente a la destrucción de todo sentimiento noble y artístico en el ser humano, se merece solamente el epíteto de bárbara. Nosotros, los europeos modernos, somos vándalos tan grandes como Atila y sus hordas salvajes y quizá peores. 

Consummatum est. Esta es la obra de nuestra moderna civilización cristiana y sus efectos directos. Difícilmente se podrá pretender mostrar respeto y agradecimiento a la destructora del arte, el Shylock quien, por cada fragmento de oro que entrega, exige y recibe, a cambio, una libra de carne humana en la sangre del corazón y en el sufrimiento físico y mental de las masas, en la pérdida de todo lo que es verdadero y amable. 

En pocas palabras, el fin de siglo inconscientemente profético, es el fin de ciclo que se vaticinó hace mucho tiempo cuando, según dice el “Manjunâtha Sutra”: 

“La Justicia habrá muerto dejando como su epígona a la Ley ciega y como su Gurú y guía al Egoísmo. Período en que las cosas y las acciones nocivas se considerarán meritorias, mientras los actos sagrados insensateces.” 

Las creencias están extinguiéndose, la vida divina es artículo de burla. Diariamente, el arte y el genio, la verdad y la justicia, se inmolan sobre el insaciable altar de la era: el dinero y el lucro. Por todas partes, lo artificial remplaza lo real, lo falso sustituye lo verdadero. En la superficie de la madre naturaleza no se ha dejado, en su forma prístina, ni un valle soleado y ni un jardín sombreado. Aún ¡cuál fuente marmórea en una plaza a la moda o en un parque urbano, cuáles leones bronceados o estatuas de delfines con sus colas hacia arriba, pueden equipararse con un antiguo pozo agreste corroído por los gusanos y el tiempo y cubierto por el musgo, o un molino rural en un campo verde! ¿Cuál Arco de Triunfo podrá jamás compararse con el arco bajo de la Cueva Azul en la isla de Capri y cuál parque urbano o Champs Elysées puede eclipsar Sorrento, “el jardín natural del mundo”, la ciudad natal de Tasso? 

Las antiguas civilizaciones jamás sacrificaron la Naturaleza por la especulación, pero considerándola divina, han honrado sus bellezas naturales erigiendo obras de arte que nuestra moderna civilización eléctrica nunca podrá producir, ni siquiera en sueños. La grandiosidad sublime, la tristeza funérea y la majestuosidad de las ruinas de lo templos de Pestum, que se yerguen por edades como muchos centinelas sobre el sepulcro del pasado y la esperanza remota del Futuro, entre la lazonía solitaria de las montañas de Sorrento, han inspirado más genios de los que la nueva civilización jamás producirá. Dadnos los bandoleros que un tiempo infestaban estas ruinas, más bien que las vías férreas que surcan las antiguas tumbas etruscas. Los primeros pueden tomar la bolsa y la vida de pocos, mientras las otras están minando las existencias de millones, emponzoñando con gases mefíticos el dulce soplo de aire puro. Gracias al incremento demográfico y los cambios meteorológicos, en diez años, en el siglo xx, el sur de Francia, con Niza, Cannes y hasta Engadina, puede esperar competir con la atmósfera londinense y sus neblinas. 

Según se oye, la especulación está por asestar otra inicuidad contra la naturaleza: en algunas montañas mundialmente conocidas, se está contemplando la instalación de funiculares humosas, grasosa y mefíticas. Se están preparando para aparecer furtivamente como muchos reptiles horribles que eruptan fuego sobre el inmaculado cuerpo del Jungfrau, mientras un túnel ferroviario está por perforar el corazón de la montaña Virgen nevada, la gloria de Europa. 

¿Y por qué no? La especulación ¿no ha acaso abatido los restos inestimables del Templo romano de Neptuno, para edificar sobre su cadaver colosal y columnas entalladas la actual Duana? 

Entonces, ¿estamos tan equivocados en afirmar que la civilización moderna, con su Espíritu de Especulación, es el verdadero Genio de Destrucción? En tal caso, que mejor palabras dirgirle que aquellas de Burke: “Por lo general, un Espíritu de innovación es el resultado de una actitud egoísta y de vistas limitadas. La gente que nunca vuelve su mirada hacia sus ancestros, jamás pensará en la posteridad.” 

H.P.B.

Una comprensión correcta de la Reencarnación

 

Una comprensión correcta de la Reencarnación





 Traducido al español del blog de Teosofía Original, BLAVATSKYTHEOSOPHY, enlace: Una comprensión correcta de la reencarnación – T H E O S O P H Y (blavatskytheosophy.com)


Hoy en día es difícil de creer, pero es cierto, que hasta hace 130 años casi nadie en el mundo occidental había oído hablar de la reencarnación o sabía algo sobre ella. Esto no siempre había sido así, ya que la creencia en la reencarnación había florecido en Occidente en épocas pasadas (a través de los druidas, Pitágoras, Platón y los neoplatónicos, por nombrar sólo algunos) e incluso había formado parte del cristianismo primitivo hasta que fue declarada oficialmente herética por la Iglesia en el siglo VI d. C. Después de ese momento, el concepto de reencarnación desapareció casi por completo de la conciencia occidental hasta que fue reintroducido, con un sabor oriental, por H. P. Blavatsky y el Movimiento Teosófico, junto con otras enseñanzas claramente orientales como el karma y la unicidad y divinidad de toda la vida.

 

La verdad y la realidad de la reencarnación fueron rápidamente percibidas y asimiladas por muchos y, en poco tiempo, la palabra y la idea básica que la sustenta entraron en la corriente principal.

 

En las últimas décadas, investigaciones científicas y analíticas meticulosas, como las del Dr. Ian Stevenson y ahora su sucesor, el Dr. Jim Tucker, han aportado pruebas firmes de que la reencarnación es un hecho. En la medida en que tal cosa puede ser "probada" por medios puramente físicos, ha sido probada. Los hallazgos y las conclusiones de estos respetados profesionales, respaldados por una gran cantidad de pruebas convincentes e incuestionables, no pueden, por supuesto, ser explicados por la ciencia materialista, pero tampoco pueden ser eliminados.

 

Aunque un número cada vez mayor de personas dice creer en la reencarnación, parece que son relativamente pocas las que son capaces de explicarla adecuadamente o de hablar de ella con los demás, ya que tal vez no tienen un conocimiento profundo de lo que realmente es y de cómo funciona. La Teosofía afirma que el Karma y la Reencarnación son los dos conceptos espirituales más importantes para que la humanidad los entienda con precisión. Esperamos que estos diez puntos ayuden a una mejor y también más práctica comprensión de esta noble y antigua enseñanza.

Este es un artículo complementario a Una comprensión correcta del karma que se puede leer haciendo clic en el enlace.


 

                                                                   ~ * ~

1. QUÉ ES LA REENCARNACIÓN.

Reencarnación significa lo mismo que reencarnación y renacimiento. Es el alma humana que vuelve a la tierra una y otra vez y se instala cada vez en un nuevo cuerpo físico para continuar el viaje progresivo del alma en su evolución interior, su avance, su desarrollo y su desenvolvimiento. La muerte no es el final y el nacimiento no es el principio.

 

El alma se reencarna debido a tres razones principales - (1) Todavía tiene lecciones que aprender, (2) Todavía tiene "deudas kármicas" que necesita trabajar con el fin de equilibrar aún más su Karma, (3) Todavía no ha realizado plenamente su propia naturaleza divina o su absoluta unidad con lo Divino y por lo tanto con toda la vida y todavía no ha vuelto a ser en la conciencia lo que verdadera y realmente es. La reencarnación es una Ley en la Naturaleza. No es cierto que "sólo algunas almas se reencarnan" o que "la reencarnación es la excepción y no la regla", como algunos han afirmado. Es un proceso cíclico continuo y necesario para cada alma.

 

Hay tres posibilidades respecto a lo que nos ocurre cuando morimos. Está el punto de vista de los ateos y los materialistas, que dicen que no somos más que un trozo de materia sin alma y que simplemente dejamos de ser, cuando el cuerpo físico muere. Por otro lado, algunas religiones sostienen que el alma sólo vive una vez en la Tierra y que, una vez que el cuerpo muere, va al cielo por toda la eternidad o arde en el infierno por toda la eternidad. Las religiones que enseñan este concepto suelen insistir en que son la única religión correcta y que sólo las personas que pertenecen a esa religión en particular irán al Cielo.

 

La tercera posibilidad es la de un proceso continuo de reencarnación. Entre el 25% y el 30% de las personas en Occidente dicen creer en la reencarnación y ha sido una creencia estándar en gran parte de Oriente durante miles de años, teniendo su origen en el hinduismo, que es la religión existente más antigua del mundo. También es una característica central del budismo y de otras religiones índicas como el jainismo y el sijismo. El ser humano tiene la libertad de decidir cuál de estas tres posibilidades le parece más razonable y plausible.

 

2. LA REENCARNACIÓN NO ES INMEDIATA.

La reencarnación no se produce inmediatamente después de la muerte. No se trata de que el alma salga de un cuerpo y entre instantáneamente en el de un bebé que está a punto de nacer. Siempre hay un período de intervalo, durante el cual el alma experimenta su propio estado personal de "Cielo", creado involuntariamente a partir de su propia conciencia y que coincide exactamente con la otra vida en la que la persona había creído y esperado, durante la vida que acaba de terminar.

Las enseñanzas de la Teosofía se refieren a este estado bajo el nombre tibetano de "Devachan". Éste dura exactamente de acuerdo con la cantidad y la fuerza del Karma bueno o positivo que el alma creó durante la vida que acaba de terminar. Cuando el alma ha cosechado todo el fruto de este buen Karma en su dichosa experiencia devachánica, se produce el proceso de reencarnación. La velocidad a la que esto ocurre varía de un alma a otra y depende de varios factores, pero principalmente de la cantidad de buen Karma de la última encarnación y de lo espiritual y pura que sea el alma. Algunas pueden no reencarnar hasta que hayan pasado cientos o incluso miles de años, mientras que otras pueden reencarnar en cuestión de unos pocos años o meses. No hay una regla rígida y fija.

 

3. LOS HUMANOS SIEMPRE SE REENCARNAN EN HUMANOS.

Existen distintos reinos o departamentos en la Naturaleza, que representan etapas definidas y distintas de la evolución interior. Después de salir de uno de estos reinos y entrar en el que está por encima de él, el alma no puede volver a un ciclo y etapa de su evolución que ya ha superado y completado. Aunque la evolución es un proceso muy lento y gradual, sin embargo, procede de manera definida y ordenada.

 

Habiendo pasado del reino mineral al reino vegetal, no podemos y no volvemos a ser miembros del reino mineral. Tras pasar del reino vegetal al reino animal, no podemos ni volvemos a entrar en el reino vegetal. Del mismo modo, una vez que hemos pasado esa marca definitiva y principal de entrar en una larga serie de vidas como una individualidad autoconsciente en el reino humano, no podemos y no volvemos a un nivel inferior de la evolución a través del cual ya hemos pasado completamente y que no puede tener más efecto, propósito o utilidad para nosotros.

 

El alma humana nunca se reencarna en un animal, un árbol, una planta, una piedra o cualquier otra cosa que no sea otro ser humano.

 

4. EL KARMA Y LA REENCARNACIÓN ESTÁN INEXTRICABLEMENTE UNIDOS.

[Esta sección también aparece como #4 en el artículo Una correcta comprensión del karma].

 

El karma y la reencarnación están inextricablemente unidos entre sí. No se puede tener uno sin el otro. Es obvio que una sola vida no es de ninguna manera lo suficientemente larga para cosechar todos los efectos de cada causa que hemos puesto en movimiento durante esa vida. También es evidente que algunos de los aspectos y circunstancias de nuestra vida actual no tienen su origen en la vida actual, sino aparentemente en el pasado lejano. La propia encarnación física es un efecto kármico, ya que una de las principales razones por las que nos reencarnamos es para hacer frente a nuestro Karma pasado. Para tener una comprensión adecuada del Karma, una persona debe también aceptar y creer en la reencarnación. Para tener una comprensión adecuada de la reencarnación, una persona también debe aceptar y creer en el Karma.

 

5. NO ELEGIMOS CONSCIENTEMENTE A NUESTROS PADRES.

Es una creencia popular en algunos círculos que, mientras está en los reinos espirituales antes de la reencarnación, cada alma elige y selecciona conscientemente a sus padres para su próxima vida, junto con otros aspectos como el lugar, el escenario y las circunstancias del nacimiento, etc. Pero el hecho es que el alma no elige ni decide conscientemente quiénes serán sus padres, ni ninguna de estas otras cosas, aunque en cierto sentido (aunque no conscientemente) sí elige, porque sus padres y otros aspectos de su inminente renacimiento están determinados por el propio Karma del alma, es decir, por las causas que el alma ha puesto en marcha previamente cuando estaba en la Tierra antes, cuyos efectos deben ser elaborados ahora.

 

6. MEMORIA DE VIDAS PASADAS.

La gente suele preguntar: "Si la reencarnación es cierta, ¿por qué no recordamos nuestras vidas anteriores o al menos algunos detalles de ellas?"

 

La pregunta podría formularse a su vez: "¿Por qué no puedes recordar los detalles de lo que estabas haciendo en esta fecha hace diez años?". Obviamente, tenemos un nuevo cerebro en cada nueva vida porque tenemos un nuevo cuerpo físico. Si el cerebro de una persona es incapaz de ayudarle a recordar muchas de sus propias acciones, pensamientos y experiencias de la vida actual, entonces difícilmente puede esperar justificadamente recordar acciones, experiencias y circunstancias de vidas anteriores, ¡en cada una de las cuales tenía un cerebro completamente diferente!

 

La memoria completa y precisa de todas nuestras vidas anteriores está almacenada en el alma. Obviamente, no está almacenada en nuestro cerebro actual. La receptividad de nuestro cerebro a nuestra alma está determinada en gran medida por el grado de conciencia y conocimiento espiritual que hayamos adquirido en vidas anteriores. Pero incluso en nuestra vida actual, a medida que hacemos que nuestra vida sea cada vez más pura, buena y espiritual, tenemos más probabilidades de mejorar la receptividad de nuestro cerebro a nuestra alma y a la memoria del alma.

Hay algunas personas que sí recuerdan que han vivido antes y se ha comprobado que miles de estos casos son totalmente exactos en las descripciones dadas de detalles, nombres, fechas y acontecimientos del pasado. No es raro que los niños pequeños, recién reencarnados, recuerden y mencionen detalles de una vida pasada, normalmente la que precede directamente a la actual. Desgraciadamente, aquí, en el Occidente escéptico y materialista, muchos padres y profesores ignoran estas cosas y las desestiman como mera imaginación infantil.

 

Se ha comprobado que los recuerdos de vidas pasadas que se producen de forma espontánea son, por lo general, mucho más precisos y fiables, cuando se investigan más a fondo, que los "recuerdos" instigados por métodos como la terapia de regresión a vidas pasadas. Muchos han llegado a la conclusión de que los aparentes recuerdos provocados por las técnicas de regresión son a menudo poco más que imaginación, contenidos de la mente subconsciente o detalles e imágenes recogidos del "inconsciente colectivo" o "luz astral" en la terminología teosófica. También debemos agradecer que las escenas y los detalles de nuestras vidas anteriores estén ocultos para nosotros, ya que una vez que hayamos visto y conocido algunos de ellos, es muy posible que deseemos no haberlo hecho.

 

7. SEGÚN NUESTROS ACTOS Y NUESTRAS NECESIDADES.

La naturaleza de cada cuerpo en el que el alma se reencarna es "según nuestros actos y nuestras necesidades", en palabras de los Upanishads, que son las escrituras fundamentales de la filosofía hindú. Nuestros actos del pasado han determinado el cuerpo -la cáscara exterior- que tenemos que soportar en esta vida y también es el cuerpo más apropiado y adecuado para ayudar a satisfacer las necesidades del alma para su evolución interior, su desarrollo y el aprendizaje de sus lecciones en esta vida.

 

El karma no comete errores. Nuestro cuerpo en esta vida puede ser débil, propenso a la mala salud, o incluso discapacitado... pero eso es según nuestros actos y nuestras necesidades. Nuestro cuerpo puede ser inherentemente fuerte y robusto, permitiéndonos alcanzar y lograr todo tipo de cosas en el nivel físico... de nuevo, esto es de acuerdo a los actos y necesidades del alma para su avance en este punto particular de su evolución.

 

Algunas personas se sienten como si fueran una mujer atrapada en un cuerpo de hombre o viceversa. Esto tiende a indicar o sugerir que esa alma ha pasado varias de sus vidas más recientes en una sucesión continua de cuerpos pertenecientes a un género particular. Por tanto, el alma se habrá feminizado o masculinizado especialmente, según el género que haya sido. Hay que recordar que, en realidad, el alma no es ni masculina ni femenina.

 

Un alma muy feminizada odiará, comprensiblemente, encontrarse en un cuerpo masculino, ya que le parecerá muy poco natural y extraño. Pero si el alma feminizada está ahora en un cuerpo masculino o el alma masculinizada ahora en un cuerpo femenino, esto es de acuerdo con sus actos y sus necesidades y una de estas necesidades sería aparentemente "ajustar el equilibrio", ya que nunca podemos hacer un proceso real o continuo sólo siendo únicamente una mujer o únicamente un hombre en todas nuestras encarnaciones físicas. Sin embargo, no hay que criticar, juzgar o condenar a quienes sienten que no pueden permanecer en el género de su nacimiento y, por lo tanto, deciden cambiarlo, ya que sólo quienes se encuentran en esa situación particular pueden saber realmente lo que se siente.

 

8. LA INDIVIDUALIDAD PERMANENTE Y LA PERSONALIDAD ACTUAL.

Es importante recordar siempre que existe una distinción entre la personalidad actual y la individualidad permanente. La personalidad terrenal o persona -John Smith o Mary Williams, por ejemplo- nunca se reencarnará.

 

Pero el alma (la individualidad espiritual) que vivió una vida en la tierra en y a través de la persona de John Smith o Mary Williams SE REENCARNARÁ, en y a través de otra nueva personalidad. Así que no debemos cometer el error de pensar que nuestra alma es idéntica a nuestro personaje terrenal. No lo es.

 

Algunos aspectos y cualidades de nuestra alma -aspectos y cualidades que ha adquirido en vidas anteriores, cuando se encarnó en personalidades anteriores- están ciertamente activos y prevalecen en nuestra vida en la Tierra hoy en día, pero la personalidad actual no debe tomarse como un reflejo completo o incluso particularmente exacto de la individualidad permanente. Esa persona temporal de John Smith o Mary Williams no es más que un capítulo, o incluso sólo una página, de todo el "libro de vidas" de esa alma.

 

El alma, la individualidad permanente, es llamada el Ego en las enseñanzas de la Teosofía, usando ese término "Ego" en su verdadero y literal sentido de significar "yo". El alma reencarnante es el verdadero "yo" de nuestro ser.

9. LA REENCARNACIÓN Y LA POBLACIÓN MUNDIAL.

La población mundial ha aumentado en casi 6.000 millones de personas en los últimos 120 años y sigue creciendo, aunque se espera que alcance su punto máximo entre 2025 y 2050. Una de las principales causas de este espectacular aumento de la población es que la gente, en general, se reencarna hoy en día mucho antes, mucho más rápido, que hace 100 años. Esta es una deducción basada en el hecho de que, según la Teosofía, el número de almas humanas vinculadas a nuestro planeta está "fijado" y asentado desde la anterior Raza Raíz, no entrando ahora almas procedentes del reino animal ni de otros planetas. En este caso, la explosión demográfica masiva sólo puede explicarse por lo que se acaba de exponer.

 

La duración del tiempo del alma en su estado de Devachán entre vidas siempre está determinada en parte por lo "espiritualizada" que esté el alma. Cuanto más atea, agnóstica o materialista sea una persona, más corto y menos definido será ese periodo intermedio.

 

Es innegable que en el último siglo se ha producido un declive generalizado en todo el mundo de la espiritualidad y del pensamiento superior. A finales del siglo XIX, la mayoría de las personas de todo el mundo seguían teniendo al menos algún grado de inclinación y creencia espiritual o religiosa y, por tanto, sus almas estaban "espiritualizadas" hasta cierto punto y al menos una parte de su conciencia se dirigía, aunque sólo fuera ocasionalmente, hacia asuntos superiores. Esto permitía prolongar el tiempo del alma en el estado espiritual del Devachán después de la muerte.

 

En Occidente, la caída de la Iglesia Cristiana y el ascenso paralelo de la ciencia materialista tuvieron el efecto combinado de crear generaciones de agnósticos, ateos, materialistas y sensualistas, ya que no había nada que llenara el vacío de la conciencia humana entre la fe religiosa ciega que insistía en que la Biblia es la palabra infalible y literal de Dios y las proclamaciones ateas de los científicos, que declararon -y siguen declarando- que no hay nada más que materia y que no existe el alma, el espíritu o cualquier propósito o significado real de cualquier cosa.

 

Uno de los propósitos de la fundación del Movimiento Teosófico moderno en ese momento fue ayudar a llenar el vacío y presentar a la humanidad una espiritualidad inteligente y razonada, basada en la Filosofía Esotérica de Oriente. Desgraciadamente, después de la muerte de H. P. Blavatsky, las enseñanzas y el enfoque de la Teosofía fueron distorsionados y alterados a propósito por ciertos líderes dentro de la Sociedad Teosófica y el grado de respeto y eficacia que la Teosofía había logrado alcanzar en Occidente se perdió en gran medida.

 

Hoy en día el occidental medio es un agnóstico, si no un ateo, y acepta y cree incuestionablemente los puntos de vista y pronunciamientos de la ciencia de forma tan incuestionable y ciega como sus antepasados aceptaban y creían los pronunciamientos del sacerdote. Gran parte de Oriente también va ahora en la misma dirección, aunque no en la misma medida.

 

Una visión del mundo verdadera y plenamente atea o materialista conduce naturalmente a una completa disminución de la espiritualidad y la ética y a un aumento de la sensualidad y la superficialidad. Por lo tanto, no es realmente sorprendente que una enorme proporción de almas, que no han desarrollado ninguna inclinación o cualidad espiritual en sus encarnaciones más recientes debido a lo anterior, no tengan nada dentro de ellas en la actualidad que les proporcione mucho -si es que hay algo- en el sentido de un intervalo devachánico y, por lo tanto, estén regresando a la vida terrestre con una rapidez desconcertante.

 

Y cuanto más a menudo y con mayor frecuencia regresan, más tiempo y oportunidad tienen para procrear de nuevo y ayudar así a traer a otras almas semejantes de vuelta a la encarnación. Como la ciencia y el sexo son los dioses del siglo XXI, este problema no da señales de remitir. Todos los principales problemas y cuestiones preocupantes que afectan al mundo hoy en día son problemas espirituales, en su naturaleza subyacente, y hasta que las personas espirituales tengan la inteligencia y la iniciativa de abordarlos de una manera sana, desinteresada e inteligente, los problemas de la humanidad seguirán aumentando. Decir simplemente "Amor y luz, amor y luz" y "Todos somos uno" no servirá de nada.

 

10. EL FIN DE LA REENCARNACIÓN.

Cuando el alma se ha perfeccionado, se ha purificado, ha saldado todas sus cuentas kármicas y se ha reunido y fusionado conscientemente con su Ser Superior -el Espíritu puro y eterno-, entonces, y sólo entonces, puede decirse que el ciclo de nacimiento, muerte y renacimiento ha llegado a su fin. Es seguro decir que muy pocos de nosotros, si es que alguno, está cerca de alcanzar esa etapa todavía.

 

El ciclo o círculo o rueda de nacimiento, muerte y renacimiento se llama "Samsara" en el hinduismo y el budismo, que significa "el mar del sufrimiento" y "el océano de la existencia condicionada". Cuando el alma individual o Ego ha terminado de atravesar el océano de la existencia condicionada y ha alcanzado el estado de Buda (a falta de una frase mejor) puede entonces entrar en el océano infinito de la no existencia incondicionada - el Nirvana.

Esto no significa que el alma deje de existir y sea aniquilada o "apagada", sino que se funde y se reabsorbe en el Absoluto, convirtiéndose verdadera y literalmente en UNO con Él. En realidad, siempre ha sido Uno con Él, pero ha tenido que olvidar para volver a conocerlo.

 

Pero más grande que aquel que entra alegremente y sin vacilar en la eterna dicha indescriptible del Nirvana es aquel que, habiendo alcanzado su umbral, le da la espalda y renuncia al Nirvana para reencarnarse conscientemente en esta Tierra una y otra vez, mientras toda la vida continúe, para ayudar y servir a la humanidad que sufre. Aquel que entra gustosamente en el Nirvana, dejando así todo lo demás para siempre, es descrito en el budismo y la teosofía como un "Buda Pratyeka", un Buda del egoísmo. Aquel que hace la gran renuncia y se convierte así en uno de los salvadores de la humanidad es llamado "Bodhisattva", un Buda de la Compasión.

 

                  ~ BlavatskyTheosophy.com ~

 

¿Es la Teosofía racista sobre los africanos?

 

¿Es la Teosofía racista sobre los africanos?

"El que se beneficiaría de la sabiduría de la mente universal, tiene que alcanzarla a través de toda la Humanidad sin distinción de raza, complexión, religión o estatus social". (H. P. Blavatsky, "Ocultismo versus las Artes Ocultas")

¿Es racista la Teosofía? ¿Los escritos de H. P. Blavatsky realmente contienen declaraciones racialmente prejuiciosas e insultantes sobre los africanos y otras personas negras?

Algunas personas insisten en que la respuesta a tales preguntas es "¡Sí!"

Sin embargo, sus argumentos y explicaciones muestran invariablemente un estudio muy incompleto de la literatura teosófica junto con una tendencia, ya sea deliberada o no, a sacar las citas de contexto y presentar solo una parte de la historia.

Es comprensible que las personas se irriten emocionalmente por lo que perciben como racismo. Los teósofos son los primeros en estar de acuerdo en que el racismo es algo idiota, malvado y peligrosamente perjudicial para la evolución interna de la humanidad.

En un artículo anterior, Respondiendo a las mentiras sobre H. P. Blavatsky, ya hemos demostrado que la Teosofía no es racista y que los escritos y enseñanzas de HPB no influyeron en Adolfo Hitler y el nazismo y no contienen nada que se parezca vagamente al supremacismo blanco.

No tiene sentido repetir aquí todo ese artículo. Aquellos que realmente deseen conocer los hechos están invitados a hacer clic en el enlace de arriba y leerlo cuidadosamente por sí mismos.

El otro artículo no entró en profundidad ni en detalles con respecto a la visión teosófica de las razas africanas, de ahí la necesidad de este artículo. Comenzamos, sin embargo, citando un breve extracto del primero:

El término "Raza Raíz" se usa para referirse a épocas específicas de la civilización. De acuerdo con las enseñanzas de la Teosofía y HPB, cuatro de estas épocas o Razas Raíz ya han ido y venido en nuestro mundo, cada una sucediendo a la otra después de decenas o incluso cientos de miles de años y cada Raza Raíz y su propio continente particular eventualmente siendo destruido en gran parte y aniquilado por el desastre natural. Las primeras cuatro Razas Raíz ya no existen, porque esas épocas han seguido su curso. Eran la Raza Polariana, la Raza Hiperbórea, la Raza Lemuriana y los Atlantes. La evolución de la humanidad requiere que haya siete épocas principales y, por lo tanto, siete Razas Raíz en total. Es el quinto que está actualmente en curso y esto se conoce principalmente en la Teosofía como la Raza raíz aria.

"Se llama el ario porque los inicios de su civilización fueron en la antigua tierra una vez conocida como Aryavarta pero hoy conocida como India. Todas las diversas razas en el mundo de hoy descienden originalmente de la "Madre India", según la Teosofía, con la excepción de los orientales, africanos y algunos aborígenes como los australianos nativos. Se consideran los descendientes sobrevivientes de razas más antiguas, particularmente de las últimas subrazas lemurianas y especialmente atlantes.

"Pero esto no significa que esas razas o los miles de millones de personas que les pertenecen sean de alguna manera inferiores. HPB enseñó que la persona real es el alma interior y que el alma se reencarna en los cuerpos de varias razas a lo largo de su largo viaje cíclico de evolución. "Por lo tanto, la razón dada para dividir a la humanidad en razas superiores e inferiores cae al suelo y se convierte en una falacia". (La Doctrina Secreta, Vol. 2 por H. P. Blavatsky, pág. 425)"

Pero debe haber alguna razón por la cual la gente cree que la Teosofía es "anti-negra" y degradante para las personas negras.

Un pasaje en particular es utilizado por los críticos para apoyar este punto de vista. Es una nota al pie de página en la página 421 del segundo volumen sobre "La Doctrina Secreta":

"La humanidad está obviamente dividida en hombres informados por Dios y criaturas humanas inferiores. La diferencia intelectual entre los arios y otras naciones civilizadas y salvajes como los isleños del Mar del Sur, es inexplicable por cualquier otro motivo. Ninguna cantidad de cultura, ni generaciones de entrenamiento en medio de la civilización, podría elevar especímenes humanos como los bosquimanos, los veddhas de Ceilán y algunas tribus africanas, al mismo nivel intelectual que los arios, los semitas y los turanios así llamados. La "chispa sagrada" falta en ellos y son ellos quienes son las únicas razas inferiores en el mundo, ahora felizmente – debido al sabio ajuste de la naturaleza que alguna vez trabaja en esa dirección – se extinguen rápidamente. Ciertamente, la humanidad es "de una sola sangre", pero no de la misma esencia. Somos las plantas calientes, artificialmente aceleradas en la naturaleza, teniendo en nosotros una chispa, que en ellas está latente".

Sin duda, esto suena muy prejuicioso. Pero hay que tener en cuenta algunas cosas:

(1) En la era victoriana, cuando esto se escribió, el término "salvaje" se usó en el sentido de lo que ahora podríamos llamar "pueblos primitivos" y se refería a su forma de vida primitiva y supuestamente incivilizada, en lugar de tener la intención de implicar que en realidad eran salvajes, viciosos y bestiales; (2) El pasaje dice "algunas tribus africanas". No todos los africanos de ninguna manera, excepto algunas tribus africanas; (3) La palabra "felizmente" no se refiere a algún tipo de deleite macabro o sádicamente alegre por la extinción de ciertas razas. Esto es lo que a los opositores de la Teosofía les gustaría que las masas creyeran, pero nadie que haya hecho correctamente su investigación podría sacar una conclusión tan falsa. Las razas van y vienen con el paso de los ciclos del tiempo y la muerte de cualquier raza, independientemente de su color de piel, no es algo que deba lamentarse particularmente, ya que la extinción se aplica solo a la capa puramente externa y no al alma interior, que simplemente pasa a encarnaciones adicionales en los cuerpos de otras razas.

La expresión "algunas tribus africanas" aparece en otra parte de "La Doctrina Secreta", en el Vol. 2, pág. 162, que dice: "Aquí se refieren a las razas inferiores, de las cuales todavía quedan algunos análogos, como los australianos (que ahora se extinguen rápidamente) y algunas tribus africanas y oceánicas".

Algunos han considerado que la nota de pie de página en el Vol. 2, pág. 717, también tiene prejuicios raciales:

"Sobre los datos proporcionados por la ciencia moderna, la fisiología y la selección natural, y sin recurrir a ninguna creación milagrosa, dos especímenes humanos negros de la inteligencia más baja, digamos idiotas nacidos tontos, podrían al reproducirse producir una especie pastrana tonta, que comenzaría una nueva raza modificada y, por lo tanto, produciría en el transcurso del tiempo geológico el simio antropoide regular".

Por lo que podemos ver, el pasaje no necesariamente expresa los puntos de vista de HPB o de los Propios Maestros sobre el tema. Ella comienza el párrafo diciendo: "Sobre los datos proporcionados por la ciencia moderna, la fisiología y la selección natural ..." pero no dice que esté de acuerdo con esto. Ella está afirmando una idea hipotética que la gente podría haber formulado en ese momento basada en los "datos proporcionados por la ciencia moderna, la fisiología y la selección natural", indudablemente imperfectos, inexactos e incompletos.

En ninguna parte del párrafo dice o implica que "Esto es lo que enseña la Doctrina Esotérica" o "Esto es lo que creemos". Los críticos deben leerlo en contexto con la página y la sección en la que se encuentra.

Si tal declaración era realmente el punto de vista de HPB, entonces es contradicho por ella en la primera nota al pie de página en la página 607 del mismo volumen donde dice: "La unidad de la especie humana fue aceptada por el ilustre profesor de Cambridge (EE.UU.) [Nota: esto se refiere al profesor Agassizde la misma manera que lo hacen los ocultistas, es decir, en el sentido de su homogeneidad esencial y original y su origen de una misma fuente: por ejemplo, negros, arios, mongoles, etc., todos se han originado de la misma manera y de los mismos antepasados ".

Otros han acusado la declaración en la Estrofa X (titulada "LA HISTORIA DE LA CUARTA RAZA") del Vol. 2 que dice que algunos seres humanos en tiempos atlantes "SE VOLVIERON NEGROS CON EL PECADO" de ser una afirmación racista, lo que implica que la piel negra es el resultado de algún tipo de pecado o falta.

Pero el lenguaje del Libro Secreto de Dzyan, del cual se derivan las Estrofas sobre Cosmogénesis y Antropogénesis en los dos volúmenes de "La Doctrina Secreta", es simbólico y alegórico, como lo es gran parte del esoterismo oriental. HPB explica el significado de la frase en una nota al pie de página en la página 408 de ese volumen, afirmando claramente que "negro con pecado" es "una figura del habla" y no se refiere a la tez de la piel o la etnia. El afán de algunas personas por ver el prejuicio racial donde no existe revela más sobre esas personas que sobre cualquier otra persona o cualquier otra cosa.

Leamos y sopesemos con calma esta afirmación:

"Si mañana desapareciera el continente europeo y resurgieran otras tierras; y si las tribus africanas se separaran y dispersaran sobre la faz de la tierra, son ellas las que, en unos cien mil años, formarían la mayor parte de las naciones civilizadas. Y son los descendientes de aquellos de nuestras naciones altamente cultas, que podrían haber sobrevivido en alguna isla, sin ningún medio de cruzar los nuevos mares, los que caerían de nuevo en un estado de relativo salvajismo. Por lo tanto, la razón dada para dividir a la humanidad en razas superiores e inferiores cae al suelo y se convierte en una falacia". ("La Doctrina Secreta" Vol. 2, pág. 425)

Uno podría preguntarse razonablemente, por lo tanto, por qué "los bosquimanos, los Veddhas de Ceilán y algunas tribus africanas" fueron claramente descritos por el mismo autor en el mismo libro como "razas inferiores" si toda la noción de razas superiores e inferiores es falaz. Nuestra respuesta clara es que no lo sabemos. Pero sí sabemos que en una entrevista con Charles Johnston, HPB le informó una vez que:

"Realmente no hay "razas inferiores", porque todas son una en nuestra humanidad común; y como todos hemos tenido encarnaciones en cada una de estas razas, deberíamos ser más fraternales con ellos".

¿Se puede considerar eso racista? ¿O qué tal esto?

"Es bien sabido que la primera regla de la sociedad es llevar a cabo el objetivo de formar el núcleo de una fraternidad universal. El funcionamiento práctico de esta regla fue explicado por aquellos que la establecieron [es decir, los Maestros Orientales detrás de HPB y el Movimiento Teosófico], con el siguiente efecto:

"EL QUE NO PRACTICA EL ALTRUISMO; EL QUE NO ESTÁ DISPUESTO A COMPARTIR SU ÚLTIMO BOCADO CON UNO MÁS DÉBIL O MÁS POBRE QUE ÉL; EL QUE DESCUIDA AYUDAR A SU HERMANO HOMBRE, DE CUALQUIER RAZA, NACIÓN O CREDO, CUANDO Y DONDE SEA QUE SE ENCUENTRE CON EL SUFRIMIENTO, Y QUE HACE OÍDOS SORDOS AL GRITO DE LA MISERIA HUMANA; EL QUE OYE CALUMNIAR A UNA PERSONA INOCENTE, YA SEA UN HERMANO TEÓSOFO O NO, Y NO EMPRENDE SU DEFENSA COMO EMPRENDERÍA LA SUYA PROPIA, NO ES TEÓSOFO". (HPB, "Que cada hombre pruebe su propio trabajo")

También debe agregarse que las palabras "negro" y "negros" utilizadas por HPB son simplemente los equivalentes estándar de la era victoriana para nuestras frases más modernas, como "persona negra", "personas negras" o "personas negras africanas". Hoy en día, si la gente habla de "negros" y "negros", a menudo se considera anticuado y no muy políticamente correcto. Pero en el momento en que se escribió "La Doctrina Secreta" era una frase inofensiva y puramente descriptiva como "persona negra" hoy en día, aunque personalmente no nos gusta referirnos o describir a alguien por su color de piel, ya que es algo tan externo y superficial. Sin embargo, cuando se escribe en profundidad sobre la Antropogénesis, se vuelve inevitable.

Todos saben, o deberían saber, que el primer objetivo principal para el que se fundó el Movimiento Teosófico fue lograr la actualización de la Fraternidad Universal, sin distinción de raza, credo, color, casta, religión, género o cualquier otra distinción. ¡Esto es todo lo contrario y la antítesis de la discriminación racial y los prejuicios!

Como dijo el Maha Chohan, el Maestro de los Maestros, en su famosa Carta sobre los objetivos del Movimiento Teosófico: "La raza blanca debe ser la primera en extender la mano de la comunión a las naciones oscuras, para llamar al pobre despreciado hermano "negro". Esta perspectiva puede no sonreír para todos, pero no es un teósofo el que se oponga a este principio".

Ha habido estudiantes africanos y afroamericanos entusiastas de la Teosofía y de "La Doctrina Secreta" desde los primeros días y continuando en el presente. Si era verdaderamente racista o depreciaba su raza y etnia en general, ¿por qué continuarían con eso?

Un viejo artículo de noticias de una edición de octubre de 1934 de "The Afro American" informó sobre el creciente interés y asistencia en ese momento de los afroamericanos a la Logia Unida de Teósofos en Nueva York. La señorita Eloise Ives, descrita en el artículo como secretaria de la ULT de Nueva York y una de las cofundadoras originales de la propia ULT con Robert Crosbie y otros, es citada diciendo: "Damos la bienvenida a los miembros de color y desearíamos tener más. La fraternidad universal es una de las principales creencias de los teósofos. Estamos convencidos de que todas las almas son iguales en fuente, esencia y meta, y la apariencia externa no importa".

La declaración de misión expresada de la Logia Unida de Teósofos es "Difundir las Enseñanzas de la Teosofía como se registra en los escritos de H. P. Blavatsky y William Q. Judge".

Hoy en día hay una Logia LUT activa en Camerún y hay Teósofos de nacimiento y ascendencia africana que estudian, trabajan, dan charlas y dirigen reuniones en numerosas Logias LUT en todo el mundo. El autor del presente artículo nunca ha conocido a ningún teósofo que tenga una visión negativa o prejuiciosa de los africanos o de cualquier pueblo.

Las palabras de "La Doctrina Secreta" Vol. 2, pág. 421, de hecho dan la impresión de prejuicio racial. Pero al examinar toda la escena, se puede ver fácilmente que ni H. P. Blavatsky, las enseñanzas de la Teosofía, ni el Movimiento Teosófico, tienen prejuicios raciales en absoluto. Aquellos lectores que todavía pueden estar inclinados a dudar o cuestionar esto o que simplemente deseen aprender más se les anima nuevamente a leer Respondiendo a las mentiras sobre H. P. Blavatsky. Si lo encuentras útil o interesante, compártelo con otros.

Las palabras de HPB en su artículo de 1890 "The Mote and the Beam" son tan importantes a tener en cuenta con respecto a este asunto:

"¿Y por qué no más bien dirigir la atención pública a más de una "desgracia a una nación civilizada", que tiene lugar en suelo británico y en tierras estadounidenses, por ejemplo, al trato repugnante por parte de los anglo-indios de los millones de nativos, desde el Brahman más alto hasta el paria más bajo, y la actitud no menos repugnante de los estadounidenses blancos hacia sus conciudadanos negros, o los desventurados indios rojos? Los caníbales infligen menos tortura a sus prisioneros de guerra que las dos naciones cristianas cultas en cuestión a sus Hermanos de color de las razas "inferiores". Los primeros matan y devoran a sus víctimas, después de lo cual estas están en reposo; mientras que los blancos de Inglaterra y América actúan peor que los caín hacia sus súbditos y ciudadanos negros: los torturan mentalmente, cuando no físicamente, desde su cuna hasta su tumba; negándoles todos los privilegios a los que tienen derecho, y luego dándose la vuelta y escupiéndoles como si fueran tantos sapos".

Es bastante trágicamente irónico que muchos de los que acusan a la Teosofía de ser "anti-negra" o racista contra los africanos sean devotos adherentes de la Iglesia Cristiana. ¿No lo saben o simplemente eligen pasar por alto el hecho inquietante de que la Iglesia cristiana y la religión cristiana organizada fueron la fuerza impulsora detrás de la trata de esclavos?

El horrendo crimen de la esclavitud es denunciado por HPB en su libro "La clave de la teosofía" pág. 42-43, donde leemos: "La culpa de este gran crimen recae en la Iglesia cristiana".

¿Podría ser que aunque ya no se dedican a esclavizar a las personas físicamente, la Iglesia y sus líderes todavía las esclavizan mental y emocionalmente?

Cualquiera que sea el caso, es bien sabido que la Iglesia ha sido históricamente una de las críticas más vocales del matrimonio interracial. La Teosofía, por otro lado, no se opone en lo más mínimo a ello. H. P. Blavatsky y William Judge dejaron en claro que la mezcla de razas es una necesidad vital para que la evolución humana pueda avanzar y lograr tipos físicos más avanzados para el uso de las almas de la humanidad en constante evolución y progresivamente desplegadas. Tanto las razas blancas como las razas negras algún día serán cosa del pasado. Sólo lo interno es lo real y sólo lo interno perdura.

Traducido al español del Blog de Teosofía original, enlace: ¿Es la Teosofía racista sobre los africanos? – T H E O S O P H Y (blavatskytheosophy.com)

~ BlavatskyTheosophy.com ~

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