Extracto de " Aforismos Yoga de Patanjali" de W.Q.Judge
LIBRO II. MEDIOS DE CONCENTRACIÓN
1. La parte práctica de la Concentración es la Mortificación, la Recitación en voz baja y la Entrega al Alma Suprema. El significado de “mortificación” es la práctica asentada en otros libros como el “Dharma Shastra”, que incluye las penitencias y los ayunos. “La recitación en voz baja” es la repetición, casi inaudible, de fórmulas prescritas y antecedidas por el nombre místico del Ser Supremo, mencionado en el Aforismo 27 del Libro I. “Entrega al Alma Suprema” es ofrecer todas nuestras obras a lo Divino o al Alma Suprema, sin preocuparnos de sus resultados.
2. Esta parte práctica de la concentración, se propone establecer la meditación y eliminar las aflicciones.
3. Las aflicciones que surgen en el discípulo son: la Ignorancia, el Egoísmo, el Deseo, la Aversión y un Anhelo tenaz a la existencia terrenal.
4. La ignorancia es el campo de origen de dichas aflicciones; ya sea que estén latentes, atenuadas, interceptadas u ordinarias.
5. La ignorancia es la noción de que lo no-eterno, lo impuro, lo malo y eso que no es alma, es, respectivamente, eterno, puro, bueno y anímico.
6. El Egoísmo es la identificación del poder que ve, con el poder de ver. Esto es, confundir el alma, la que realmente ve, con el vehículo que usa para ver: la mente o, equivocándose aun más, con los órganos de los sentidos que son, a su vez, los vehículos de la mente. Por ejemplo: una persona inculta puede pensar que su ojo es el que ve, mientras es la mente la que lo usa como medio para la vista.
7. El Deseo es el identificarse con el placer.
8. La Aversión es el identificarse con el dolor.
9. El anhelo tenaz por la existencia terrenal está inherente en todos los seres dotados de sentidos y continúa a lo largo de todas las encarnaciones, porque tiene un poder auto reproductivo. Es algo que experimentan tanto los sabios como los no sabios. En el espíritu existe una tendencia natural, a lo largo de todo el Manvantara, a manifestarse en el plano material, el único sobre el cual y mediante el cual, las mónadas espirituales pueden alcanzar su desarrollo. Esta tendencia, actuando a través de la base física común a todos los seres dotados de sentidos, es extremadamente poderosa y continúa a lo largo de todas las encarnaciones; ya que es la causa que las facilita y se reproduce en cada encarnación.
10. Si las cinco aflicciones anteriores son sutiles, se pueden eludir produciendo un estado mental antagónico.
11. Cuando estas aflicciones modifican la mente, imponiéndose a la atención, deben eliminarse mediante la meditación.
12. Estas aflicciones son la raíz y las productoras de los resultados en las acciones u obras físicas y mentales y, siendo nuestros méritos o deméritos, fructifican en el estado visible o invisible.
13. Mientras exista esa raíz de mérito y demérito, en cada vida terrena sucesiva, la cosecha se manifiesta en la condición social, la longevidad, el placer o el dolor.
14. La felicidad o el sufrimiento son el resultado del mérito y el demérito, según si la causa es la virtud o el vicio.
15. Sin embargo, para el ser humano que ha alcanzado la perfección de la cultivación espiritual, todas las cosas mundanas son penosas; ya que las modificaciones mentales, debidas a las cualidades naturales, son antagónicas para el alcance de la condición más elevada; porque, hasta que ésta se obtenga, ocupar cualquier forma corporal es un lastre; además: la ansiedad y las impresiones de varias índoles continuarán incesantemente.
16. Eso que el discípulo debe evitar, es el dolor aun inmanifestado. El pasado no puede cambiarse ni enmendarse. Eso que pertenece a las experiencias presentes no puede ser evitado, ni deberíamos evitarlo. Lo que debemos evitar son las anticipaciones o los miedos perturbadores del futuro y toda acción o impulso que pueda hacernos sufrir a nosotros o a los demás, ahora o en el porvenir.
17. Debido a que el alma está unida al cuerpo mediante el órgano del pensamiento y, a través de esto, con la naturaleza entera, de aquí deriva una falta de discernimiento que produce concepciones erróneas acerca de los deberes y las responsabilidades. Tal concepción errónea lleva a cometer lo indebido; que, inevitablemente, causa los dolores futuros.
18. El Universo, incluyendo lo visible y lo invisible, cuya naturaleza esencial es una combinación de pureza, acción e inacción y consta de los elementos y órganos de acción, existe para que el alma experimente y se emancipe.
19. Las cualidades se subdividen así: las condicionadas, las incondicionadas, esas resolubles sólo una vez y las insolubles. Las “condicionadas” incluyen los elementos burdos y los órganos sensorios; las “incondicionadas” son los elementos sutiles y la mente; las “resolubles” son el intelecto que puede resolverse en la materia indiferenciada y no más lejos y las “insolubles” son la materia indivisible.
20. El alma es el Percibidor; es ciertamente la visión misma pura y simple; no modificada y percibe directamente las ideas.
21. El universo existe sólo para el bien del alma. El comentador añade: “La Naturaleza, al infundir energía, no lo hace con un propósito personal; sino con el designio expresable en las palabras: „Déjame facilitar la experiencia del alma.‟”
22. Si para el ser humano que ha alcanzado la perfección del cultivo espiritual, el Universo objetivo ha cesado de existir, esto no se puede decir con referencia a todos los demás, que aun se identifican con ello.
23. La conjunción del alma con el órgano del pensamiento y así, con la naturaleza, es la causa de su percepción de la condición actual de la naturaleza del Universo y del alma misma.
24. La causa de esta conjunción es lo que debemos abandonar y esa causa es la ignorancia.
25. Tal abandono consiste en terminar dicha conjunción; momento en que la ignorancia desaparece y éste es el Aislamiento del alma. El significado de este aforismo y de los dos anteriores, es que la conjunción de alma y cuerpo, mediante reencarnaciones repetidas, se debe a la ausencia de conocimiento discernidor de la naturaleza del alma y de su medio ambiente. Una vez alcanzado dicho conocimiento discernidor, la conjunción, fruto de la ausencia de discernimiento, cesa espontáneamente.
26. Los medios para abandonar nuestra identificación con la materia es un conocimiento discernidor perfecto e incesante. La trascendencia de lo antes dicho, entre otras cosas, es que el ser humano que ha alcanzado la perfección del cultivo espiritual, mantiene su conciencia inalterada, ya sea cuando está encarnado o en el momento de desencarnarse o cuando pasa a esferas superiores o retorna; porque dicha conciencia continúa ininterrumpida al dejar las esferas inferiores, al volver a entrar en el cuerpo y al reactivarse en el plano material.
27. Este perfecto conocimiento discernidor, cuyo depositario es el ser humano que ha alcanzado la perfección del cultivo espiritual, es septenario, hasta el límite de la meditación.
28. Cuando se obtenga este perfecto conocimiento discernidor, las prácticas idóneas para la concentración resultarán en una iluminación más o menos brillante, que contribuye a la remoción de las impurezas.
29. Las prácticas idóneas para la concentración son ocho: Abstención, Observancias Religiosas, Posturas, Supresión de la Respiración, Templanza, Atención, Contemplación y Meditación.
30. La Abstención consiste en no matar, veracidad, no robar, castidad y la ausencia de codicia.
31. Estos son los grandes deberes universales, prescindiendo del estado social, el lugar, el tiempo o los compromisos.
32. Las Observancias Religiosas son la purificación mental y corporal, el sentirse contento, la austeridad, la recitación en voz baja y una devoción perseverante hacia el Alma Suprema.
33. Para excluir de la mente cosas impropias, es eficaz concentrarse en sus opuestos.
34. Las cosas impropias, hechas, causadas o aprobadas; a pesar de que resulten de la envidia, de la ira o de la ilusión; a pesar de que tengan una índole leve, moderada o desmedida, producen una multiplicidad de dolores y la ignorancia. Por lo tanto: “concentrarse en sus opuestos”, es una actitud muy aconsejable
35. Cuando en el yogui (aquél que ha alcanzado la iluminación cultivada del alma), se hayan desarrollado plenamente la inofensividad y la bondad, en su presencia desaparecerá todo rasgo de enemistad hacia la humanidad, los animales y los que lo rodean.
36. Cuando la veracidad se ha convertido en parte integrante de la naturaleza del Yogui, él llega a ser el foco del Karma resultante de todas las obras buenas o malas.
37. Cuando el abstenerse de robar, en la mente y en la acción, se convierte en parte integrante de la naturaleza del Yogui, él tiene el poder de obtener toda la riqueza material.
38. Cuando la castidad se convierte en parte integrante de él, se fortalece corporal y mentalmente. Esto no quiere decir que se fortifica practicando sólo la castidad y pasando por alto las otras prácticas. Todas las partes del sistema deben seguirse, simultáneamente, sobre el plano mental, moral y físico.
39. Al eliminar la codicia, el Yogui obtiene un conocimiento de todo lo referente a los estados de conciencia anteriores o lo que ha acontecido en ellos. En este caso, la “Codicia”, no sólo se aplica a codiciar algún objeto, sino también al deseo por condiciones agradables de la existencia mundana o a la existencia mundana misma.
40. La purificación mental y corporal contribuye a que en el Yogui se desarrolle un discernimiento profundo de la causa y de la naturaleza del cuerpo; momento en el que, él pierde esa consideración que los otros sienten por la forma física. Además: ya no experimenta el deseo o la necesidad, común entre los seres humanos, de asociarse con sus semejantes.
41. El efecto de la purificación mental y corporal es la predominancia, en el Yogui, de la cualidad de la bondad, la buena índole, la atención concentrada, el dominio de los sentidos y la idoneidad para contemplar y comprender el alma como distinta de la naturaleza.
42. El Yogui, mediante un contento perfecto, adquiere una felicidad superlativa.
43. El resultado de la práctica cabal de la austeridad, es la perfección y la agudeza de los sentidos corporales del Yogui, mediante la remoción de las impurezas.
44. La recitación en voz baja, facilita el encuentro con la Deidad favorita de uno. La frase significativa: “recitación en voz baja”, indica que, la pronunciación apropiada de las invocaciones, manifiesta, a la vista del Yogui, los poderes superiores en la naturaleza, generalmente invisibles. Además, como todo los poderes de la naturaleza no pueden evocarse a la vez, se debe dirigir la mente hacia una fuerza o poder particular en la naturaleza, de aquí el uso de la expresión: “con la Deidad favorita de uno.”
45. La perfección en la meditación procede de una devoción perseverante hacia el Alma Suprema.
46. La postura que un Yogui asume debe ser firme y cómoda. A fin de aclarar la mente del estudiante, se debe observar que las “posturas” presentadas en varios sistemas de “Yoga”, no son absolutamente esenciales para lograr con éxito la práctica de la concentración, alcanzando sus frutos últimos. Todas estas “posturas” que los escritores hindúes prescriben, se basan sobre un conocimiento exacto de los efectos fisiológicos que éstas producen. Hoy en día son posibles sólo para los hindúes, los cuales, desde su infancia, suelen asumirlas.
47. Una vez alcanzado, plenamente, el dominio sobre las posturas, el esfuerzo para asumirla es fácil; cuando la mente se haya identificado, cabalmente, con el espacio ilimitado, la postura llega a ser fácil y cómoda.
48. Una vez alcanzada esta condición, el Yogui está inmune a los asaltos de los pares de opuestos. Con la expresión: “pares de opuestos”, se hace referencia a la clasificación típica, en todos los sistemas filosóficos y metafísicos hindúes, acerca de las cualidades, las condiciones y los estados del ser, opuestos; las fuentes eternas de placer o dolor, hambre y saciedad, día y noche, pobreza y riqueza, libertad y despotismo.
49. Además, una vez alcanzada esta condición, la respiración debería regularse en la espiración, la inspiración y la retención.
50. Esta regulación de la respiración, aplicada en la espiración, la inspiración y la retención, está sujeta, ulteriormente, a las condiciones de tiempo, lugar, y número, cada una de las cuales puede ser larga o breve.
51. Existe una variedad especial de regulación respiratoria que tiene referencia con lo descrito en el aforismo anterior y la esfera interna de la respiración. Los Aforismos 49-50-51, aluden a la regulación de la respiración como parte de los ejercicios físicos mencionados en la nota del Aforismo 46. Patanjali supone que el estudiante esté familiarizado con las reglas y las prescripciones de tal regulación. El Aforismo 50 se refiere, simplemente, a la regulación de los varios períodos, grados de fuerza y número de recurrencias alternadas de las tres divisiones de la respiración: espiración, inspiración y retención. Sin embargo, el Aforismo 51, alude a otra regulación de la respiración gobernada por la mente, a fin de poder controlar su dirección y consiguiente influencia sobre ciertos centros de percepción nerviosa dentro del cuerpo humano, para la producción de efectos fisiológicos, seguidos por los psíquicos.
52. Por medio de esta regulación de la respiración, se disipa el obscurecimiento mental, fruto de la influencia corporal.
53. Así, la mente se prepara para acciones de atención.
54. La templanza es el acondicionamiento de los sentidos a la naturaleza mental, neutralizando, entonces, su sensibilidad de transmitir la impresión producida por el contacto con los objetos.
55. De aquí deriva un dominio completo sobre los sentidos.
TERMINO DEL SEGUNDO LIBRO.
" AFORISMOS YOGA DE PATANJALI" DE WQJ, PDF AQUÍ: AFORISMOS-YOGA-DE-PATANJALI.pdf (teosofiauniversal.com)