10 de julio de 2024

Tema 5A. El Cuerpo Astral.

 Tema 5A.El Cuerpo Astral




LA FUERZA VITAL Y EL CUERPO


La primera propuesta formulada por la sabiduría perenne -y en días futuros por una ciencia iluminada cuando ésta supere el materialismo- es que existe un cuerpo astral que precede al cuerpo físico. Este astral es la plantilla y el modelo energizante del cuerpo físico y guía su forma externa y función. Esta hipótesis es una absoluta necesidad para comprender la ciencia esotérica y explicar el origen y la formación de las formas físicas. Conduce al significativo peldaño de la comprensión de que el lado interior de la vida es siempre el causal, y que lo externo-para nosotros visible- es siempre el efecto. El cuerpo por sí mismo no podría funcionar, ni siquiera conservar su estructura sin este otro cuerpo interno/astral rudimentario, y cuanto más se acerque la ciencia a este entendimiento, más pronto tendrá la clave para muchos de sus misterios que de otro modo serían desconcertantes, como la telepatía, el comportamiento de las epidemias o el síndrome del miembro fantasma.


Hasta hace algunos años, era un hecho aceptado la existencia del cuerpo astral al interior del cuerpo físico y efímero. Fue el intento por Descartes de explicar los movimientos de todas las partículas de materia y de los cuerpos orgánicos-de acuerdo con las leyes mecánicas del movimiento- lo que instauró el materialismo en el mundo científico y no dejó espacio para nada que no pudiera ser detectado físicamente.


Pero el materialismo está siendo cuestionado y su influencia dominante puede estar llegando a su fin, ya que se ha mostrado incapaz de guiar el progreso humano con sabiduría, tanto en lo material como especialmente en lo moral y ético. En los primeros años del siglo XX, Robert Millikan, un científico destacado a nivel mundial, apuntó a una serie de descubrimientos importantes que incluían la teoría de relatividad por Einstein y los fenómenos atómicos en que se basa el principio de indeterminación según Heisenberg. Esto le llevó a afirmar que «el materialismo dogmático en la física ha muerto». Einstein en 1938 siguió con este tema cuando dijo:
«Lentamente y con mucho esfuerzo, el concepto de campo se ha posicionado en un lugar destacado de la física y ha permanecido como uno de los conceptos físicos básicos. El campo electromagnético es, para el físico moderno, tan real como la silla en que se sienta».


(Campos que rodean un imán :Uno de los éxitos de la ciencia ha sido la forma en que la teoría cuántica aplica el conocimiento de un campo subyacente en la naturaleza. Es la resolución de este campo en quantos lo que produce los «estados» conocidos como electrones, fotones y otras partículas atómicas. Esto arroja luz sobre la cuestión de si una entidad es onda o partícula, una de las interrogantes planteadas en la Doctrina Secreta, para entonces llamadas teorías atómicas «ondulatoria» y «corpuscular» (para más información, véase el volumen 1:579). Sin embargo, la mayoría de científicos ha sido incapaz de apreciar las implicaciones de la teoría de campos cuánticos. Uno de los pocos que sí lo hizo fue el escasamente reconocido David Bohm, que deseaba alejar este asunto de sus interpretaciones materialistas)


La Teosofía reafirma la antigua idea de fuerza vital, a la que los místicos del pasado llamaron «el agua de vida», y se refiere a ella científicamente como una transformación o correlación de la electricidad. Así como la energía electromagnética se transmuta de una forma en otra-por ejemplo, en el plano físico de la luz al calor-, también en el plano psíquico-astral resulta en distintos grados de conciencia, y una forma de energía radiante generada por la mente, como el poder del sentimiento emocional o de conceptos intelectuales, estructuras mentales o sus constataciones.


En la Doctrina Secreta se relaciona la verdadera electricidad con el fuego místico, luz y llama de los planos astral y espiritual, y se dice que tiene dos polaridades. Es el «generador sagrado de una no menos sagrada descendencia (progenie)» y fuente de fuerzas misteriosas: “Fuego- el creador, conservador y destructor; Luz- la esencia de nuestros antepasados divinos; Llama- el Alma de las cosas Electricidad, la Vida UNA en el nivel superior del Ser, y Fluido Astral, el Athanor de los Alquimistas, en su nivel más bajo; DIOS y DIABLO, EL BIEN Y EL MAL”.
Doctrina Secreta T1


Los Sabios de la Antigüedad conocían bien esta fuerza vital (chi, prana) y es lo que hoy llamamos campo magnético-eléctrico subyacente, productor de materia y efectos físicos, pero aunque sea material, no es la electricidad física que extraemos de los enchufes en las paredes.


Intercomunicación entre planos: Pensamiento > Cuerpo astral > Cuerpo físico

Además, este conocimiento muestra cómo pensamiento e intención reaccionan en forma práctica sobre la forma astral y luego en la física, lo cual refleja influencias desde el plano astral:
“Si en cada momento efectuamos todos nuestros actos, tanto pequeños como grandes, por el bien de toda la raza humana, como representando al Ser Supremo, entonces cada célula y fibra corpórea y el hombre interior se tornarán a una dirección, resultando en la perfecta concentración”.“Meditación, Concentración, Voluntad”, El Hombre Interior.

El “hombre interno” es una expresión genérica para el cuerpo astral que estudiamos en esta oportunidad. Lo que se expresa es la antigua idea de que cuando todos los grados de consciencia humana se alinean en propósito y anhelo, entonces la intercomunicación entre todos esos planos se facilitará, y todo el ser comenzará a responder a sus impulsos superiores. En la Biblia esta idea se expresa de modo simple y bello: “si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz” (Mateo 6:22, “Sermón del Monte”). En la Septuaginta o Biblia hebrea, la palabra “bueno” [single o haplous en inglés] también es el vocablo homónimo para “singularidad de corazón o propósito” (ibídem).


¿QUÉ ES EL CUERPO FÍSICO?


En el Océano de la Teosofía, página 38, William Judge afirma que el cuerpo físico es «el más transitorio, impermanente e ilusorio de entre todos los constituyentes en el ser humano (…) Siempre cambiando, moviéndose en todas partes; de hecho, aunque sea tangible, nunca está completo ni terminado». Sin embargo, sabemos que el cuerpo
es de gran importancia para nosotros en esta etapa de evolución. Es nuestro medio para contactar con la vida y adquirir experiencia en este plano, así como ayudar a las «vidas» que componen este vehículo.


Pensamos en el cuerpo como formado por carne, huesos, músculos, nervios, sangre, materia cerebral, etc., cuando en realidad se compone de innumerables «vidas» o inteligencias que toman esa responsabilidad por un tiempo y luego pasan a otros aspectos de su ciclo evolutivo. Es bien sabido que la materia que constituye nuestro cuerpo en la actualidad será completamente reemplazada por nueva materia dentro de un período de siete años. Las «vidas» elementales (centros de conciencia rudimentaria) han pasado por siglos y siglos de formación y experiencia en diversas formas de la naturaleza, y ahora están listas para operar en la forma humana. Son parte de un registro vivo de nuestra historia pasada, una inteligencia que se va acumulando a niveles cada vez más elevados. Es por causa de esta inteligencia inherente y aprendida que estas «vidas» celulares pueden responder a las demandas extremadamente complejas que les llegan desde los distintos plexos nerviosos y cerebros.


Entonces, ¿podemos decir que el material que compone nuestros cuerpos es “totalmente nuestro” y está exclusivamente “bajo nuestro cuidado”? No, pero durante el tiempo que está bajo nuestro cuidado, somos responsables de él y de la inclinación o tendencia que le otorgamos. Se ha descubierto que en nosotros comúnmente hay 1,3
veces más células bacterianas que humanas (el dato anterior de “diez veces” fue corregido en 2014). Todas estas células humanas y microbianas tienen sus entidades astrales correspondientes y forman parte de las «vidas» de las que se habla en Teosofía.
Cuando estas vidas abandonan nuestro cuerpo, retornan a la Gran Naturaleza, llevando consigo la inclinación que les hemos dado. ¿Las encontraremos de nuevo?
Probablemente sí, debido a los lazos de atracción magnética que hemos creado, siendo ésta una de las formas en que procede la evolución.


En el Océano de la Teosofía, William Q. Judge dice:

“Uno de los misterios de la vida física yace oculto entre estas ‘vidas’. Su acción impulsada por la energía de Vida-llamada Prana o Jiva- explica la existencia activa y la muerte física. Se dividen en dos clases, una de destructores y otra de preservadores, y ambas están en lucha entre sí desde el nacimiento, hasta que los destructores ganan”.

Judge continúa explicando que mientras estamos dormidos absorbemos la Energía Vital, pero para estar despiertos y activos tenemos que resistir el flujo de energía, de la misma manera que el filamento de una bombilla eléctrica resiste el flujo de electricidad para generar luz. Así como el filamento eventualmente dejará de resistir, también las vidas del cuerpo pierden finalmente su capacidad de sobrellevar la Fuerza de Vida, y entonces es la vida misma lo que mata al cuerpo.
“La vida es un principio universalmente interpenetrante; es el océano dentro del cual flota la Tierra, e igualmente interpenetra nuestro globo y todos los seres y objetos que en él se encuentran» (el Océano de la Teosofía).


Cuando encarnamos en un cuerpo, se necesita un instrumento o vehículo determinado para transformar esta pulsación vital/universal en la energía específica que sostiene nuestro cuerpo. En sánscrito, la vida universal se llama Jiva. En lo particular, la vida en el hombre se convierte en Prana; al morir, la energía vital no desaparece, sino que vuelve a su forma universal para ser utilizada por algún otro vehículo especializado.


EL CUERPO ASTRAL


Como veremos, todo lo anterior depende de un vehículo que pueda cumplir al menos dos funciones importantes: a) ser capaz de transformar la fuerza vital/universal en una vitalidad individual, y b) constituir un modelo de referencia para el cuerpo físico, que mantiene la cambiante materia física en una forma y apariencia de solidez. Ese medio es el Cuerpo Astral y se le ha dado muchos nombres como “doble etéreo”, “fantasma”, doppelganger, “hombre personal”, “alma irracional” y otros, pero el mejor es el término sánscrito Linga Sarira que significa “cuerpo de diseño”. No sólo constituye el modelo para lo físico, sino de hecho es el verdadero cuerpo físico, y bajo ciertas circunstancias puede operar independientemente de la cobertura material.


El término Cuerpo Astral se utiliza porque la sustancia de esta forma se deriva de la materia cósmica o estelar -por utilizar una expresión no muy rigurosa- y se puede describir como un «campo» eléctrico y magnético. William Judge señala lo siguiente sobre la constitución de este poderoso e interesante elemento:
“El cuerpo astral está formado de materia de un tejido muy fino y sutil si se le compara con el del cuerpo visible, y tiene una gran resistencia tensorial, de manera que cambia poco durante el curso de una vida, mientras que el cuerpo físico cambia a cada instante. El Astral no solamente tiene esta fuerza de tensión inmensa, sino que también posee una elasticidad que le permite extenderse a una distancia considerable. Es flexible, plástico, extensible y fuerte. La materia de que se compone es eléctrica y magnética en su esencia, exactamente la misma de la que el mundo entero estaba compuesto en el ignoto pasado, cuando el proceso de la evolución no había llegado aún al momento de producir el cuerpo material para el hombre. Pero esta no es materia bruta ni cruda. Habiendo pasado por un vasto período de evolución, y sufrido incalculables procesos de purificación, su naturaleza ha sido refinada a un grado mucho más allá de los groseros elementos físicos que nosotros vemos y palpamos con los ojos y las manos físicas”.El Océano de la Teosofía


Se ha dicho anteriormente que el Cuerpo Astral es, en efecto, el verdadero cuerpo físico, lo que se demuestra por el hecho de que cuando estamos dormidos, en trance o estado hipnótico, tenemos un conjunto completo y activo de sentidos internos.


Los sentidos reales están en el Astral, mientras que los externos sirven sólo para el contacto con este plano tangible.
«(…) tiene un sistema completo de nervios y arterias que le son propios para la conducción del fluido astral, el cual es al cuerpo astral lo que nuestra sangre es al cuerpo físico. El cuerpo astral es el hombre personal verdadero y en él están también situadas la
percepción subconsciente y la memoria latente, los cuales están siendo mal usados hoy en día por los hipnotizadores modernos, a quienes a su vez tienen muy desconcertados».
El Océano de la Teosofía.


¿CÓMO SE CREA EL CUERPO ASTRAL?


El Cuerpo Astral precede al físico y sirve como un patrón sobre el cual se construye la cobertura material. De la misma manera, el ser interior o la mente proyecta el astral como un vínculo entre su mundo y éste. Por supuesto, la formación de dicho cuerpo está guiada por el Karma individual del Ego, y que aporta las condiciones adecuadas para la siguiente encarnación. También es afectado por las skandhas o rasgos de carácter formados por el ser cuando estuvo en un cuerpo previo. Se podría decir que estas skandhas son los recuerdos de las lecciones aprendidas o no asimiladas que nos abandonan en la muerte, pero que encontramos de nuevo en encarnación.


Creamos nuestros propios cuerpos astrales, pero nuestra capacidad de alterar sus formas se limita a cambios periféricos y no a la forma general.


 La forma-hombre que conocemos ha sido establecida para esta época, y el efecto de nuestros pensamientos y acciones se limita a refinar o corromper la forma básica. Helena Blavatsky añade:
“Por lo tanto, nuestras formas humanas han existido en la Eternidad como prototipos astrales o etéreos (…) El Ocultismo enseña que no puede darse a nada ninguna forma, sea por la Naturaleza o el hombre, cuyo tipo ideal no exista ya en el plano subjetivo. 

Más aún: que ninguna forma o figura es posible que entre en la conciencia del hombre, o se desenvuelva en su imaginación, si no existe en prototipo, al menos como una aproximación”.


¿CUÁNTO PODEMOS AFECTAR AL CUERPO ASTRAL?


Se enseña que el Cuerpo Astral cambia muy poco durante la vida, y que ni siquiera el ácido ni el acero afilado pueden afectarlo. Sin embargo, sí es transformado en cierta medida por nuestros pensamientos y emociones. En las primeras etapas del desarrollo fetal, la imaginación de la madre-si es lo suficientemente poderosa- y acompañada de una fuerte emoción puede afectar al astral del niño, dejando marcas o posibles deformidades, aunque esto ocurre muy raramente. El conocimiento de este hecho es la razón por la que los griegos disponían estatuas bellas cerca de la cama de la futura madre.


Pero este no es el único modo en que el Cuerpo Astral, o más bien su funcionamiento, es afectado por nuestro pensamiento. En su artículo «Mesmerismo«, Judge explica: «Todos los sentidos tienen un lugar correspondiente en esta persona [cuerpo astral], y cada uno de ellos tiene un radio de acción mil veces superior al de sus representantes externos (…) En la persona ordinaria sana, dichos sentidos astrales están inextricablemente relacionados con el cuerpo, y limitados por el aparato que este suministra durante el estado de vigilia». Sólo cuando estos órganos externos son paralizados por el sueño o algún otro proceso mesmérico, el interior puede funcionar libremente y otorga a la persona la visión relativamente ilimitada que ofrecen.


Sin embargo, existe otra manera en que los sentidos astrales pueden ser activados por el propio individuo, una forma o camino a los que todos llegaremos con el transcurrir del tiempo y es parte de nuestra futura evolución.


En su fascinante artículo «El Cultivo de la Concentración», Judge consigna que al cultivar la concentración mental podemos liberar gradualmente los sentidos internos de sus contrapartes externas y así liberarlos para que actúen por su cuenta. 


También describe así el desarrollo de nuestros poderes internos:
“En nosotros debe hallarse un poder de discernimiento cuyo cultivo nos permitirá conocer todo lo que deseamos saber. Los maestros de ocultismo afirman la existencia de tal poder y la manera para obtenerlo es mediante el cultivo de la concentración.


Por lo general, no percibimos ni creemos que el hombre interno, el custodio de estos poderes, deba crecer y llegar a la madurez, así como el cuerpo tiene que madurar antes de que sus órganos funcionen completamente. Con el término hombre interno, no quiero decir el ser superior, el Ishwara citado anteriormente, sino que la parte de nosotros llamada hombre astral, vehículo, y así sucesivamente. Todas estas palabras están sujetas a corrección, por lo tanto no debemos considerarlas rígidamente según los sentidos que diferentes autores les han dado. Entonces, recapitulando, tendremos: primero el cuerpo ahora visible, segundo el hombre interno, no el espíritu, y tercero el espíritu mismo.


Ahora, aunque es verdad que el hombre interno contiene latente en sí todo poder y particularidad asignadas al cuerpo astral, es igualmente cierto que estos poderes están, en la generalidad de las personas, todavía latentes o sólo muy parcialmente desarrollados.
Este ser interior está, por decirlo así, intrincadamente enredado en el cuerpo, célula por célula y fibra por fibra (…) Por lo común, no existe línea de demarcación visible entre estos órganos internos y externos, la oreja interna está fuertemente encadenada con la
externa para poder distinguirse aparte. Pero cuando la concentración ha empezado, los diferentes órganos internos comienzan a despertarse, liberándose de las cadenas de sus contrapartes corporales. Así, el ser humano principia a duplicar sus poderes. Sus órganos corporales no se dañan sino que permanecen para el uso en el plano al cual pertenecen y el individuo adquiere otro conjunto, que puede usar separadamente de los otros en el plano de la naturaleza adecuado a ellos (…) Al perfeccionarse la concentración, nos encontramos en una posición en que podemos usar el conocimiento que está siempre a nuestro alcance pero que ordinaria y continuamente nos elude”.


En este artículo, Judge añade una advertencia: la ira destruirá los resultados de dicha concentración, y el cuerpo parcialmente emancipado perderá su forma y volará de nuevo al cuerpo físico, quedando enredado y limitado por este vehículo externo. Explica que la envidia, la vanidad y el miedo producirán los mismos resultados, que todos ellos pueden transmutarse en sentimientos más elevados y nobles, y que esta maravillosa fase de desarrollo se despliega naturalmente mientras nos esforzamos por romper el asimiento que los sentidos externos tienen sobre la mente personal.


EL «CUERPO ETÉRICO»: ACLARANDO UNA SUPERSTICIÓN POSTERIOR


Actualmente muchas personas han oído hablar de un «cuerpo etérico» y que es diferente del astral en cuanto a su naturaleza y función. Sin embargo, no hubo mención de un»cuerpo etérico» en las enseñanzas originales, hasta que miembros de la Sociedad Teosófica Adyar afirmaron haberlo descubierto mediante supuestos poderes clarividentes a principios del siglo XX. 


En los escritos de H.P. Blavatsky no se menciona ningún cuerpo sutil que coincida con la descripción dada al «cuerpo etérico» por autores subsecuentes.


Por otra parte, las revelaciones de Leadbeater sobre el “cuerpo etérico» lo sitúan en un subplano invisible del estado físico. Si dicho estado «etérico»-tal como él lo describe ordinariamente- existe en la materia física, es algo que no ha sido corroborado por nadie fuera de su grupo de partidarios, ni se le menciona en el «testimonio de las edades» del patrimonio de las grandes obras ocultas hindúes, budistas u occidentales.


De este modo, falta el método primordial de verificación independiente por parte de otros. Los investigadores justos e imparciales podrían haber seguido el método científico, utilizado por «innumerables generaciones de videntes y profetas iniciados» en la disciplina de la Fraternidad de Adeptos o Sabios de la Quinta Raza que han pasado muchas vidas en aprendizaje y…
“… examinando, comprobando y verificando en cada departamento de la naturaleza las tradiciones de antaño mediante las visiones independientes de grandes adeptos.
Ninguna visión de un adepto era aceptada hasta ser verificada y confirmada por las visiones-obtenidas de forma que constituyeran evidencia independiente- de otros adeptos, y por siglos de experiencias”.
Doctrina Secreta T1


La Sabiduría Antigua es perenne y sagrada porque es este «registro ininterrumpido» por miles de Videntes, meticulosamente filtrado de cualquier sesgo personal o error. Los innovadores de los años 1900 tuvieron menos respeto por estas viejas disciplinas, y alteraron la definición del cuerpo astral para hacer que el cuerpo etérico «recién descubierto» encajara en la constitución interna del ser humano. 


Durante el mismo período también revisaron las definiciones, numeración y correlaciones de los otros Principios o planos de conciencia humana. Ahora se refieren al cuerpo etérico como Linga Sharira, que siempre fue el término sánscrito para el Cuerpo Astral y sólo debe ser utilizado para éste último.


En consecuencia, estos intentos por «mejorar» la vieja y verificada clasificación de los principios humanos han causado confusión y ciertamente han sido innecesarios. Los dos sistemas son ahora muy diferentes en esencia-como manzanas de naranjas- y no se
ha derivado ningún beneficio de ello… ¡sólo confusión para los estudiantes perceptivos que tratan de correlacionar la teosofía de segunda generación con la original!
Ahora en el Movimiento Teosófico estos enredos están empezando a clarificarse, pero aún están muy extendidos. Sin embargo, son fácilmente evitables si uno permanece fiel a la Teosofía tal y como fue presentada originalmente por H.P. Blavatsky, la única a quien los Maestros se refirieron como «nuestro Agente Directo”.

EL CUERPO ETÉREO ES LINGA SHARIRA


El término similar de «cuerpo etéreo» es utilizado ocasionalmente por H.P.B. y W.Q. Judge, pero siempre y exactamente en el mismo contexto donde hablan del «cuerpo astral» o «doble», para cuya designación utilizaban el antiguo término sánscrito Linga Sharira. Examinando esas referencias, el «cuerpo etéreo» es sólo un sinónimo-y relativamente poco frecuente- para «cuerpo astral». Simplemente esto alude al hecho de que el cuerpo astral tiene naturaleza etérea, usando «etéreo» en su sentido literal que significa insubstancial, de luz, aéreo, etc. En cuanto al término en sí y el contexto en que se utiliza, «etéreo» no es lo mismo que el vocablo posterior «etérico».

Las funciones del «cuerpo astral» o «doble etéreo» Linga Sharira están bien documentadas y comprendidas a lo largo de la antigua literatura hindú, budista y esotérica, donde se le considera:
a) prototipo para la cobertura física, y
b) transmisor o vehículo de Kama, la fuerza personal del deseo en el individuo.


Por otra parte, no hay referencias que corroboren ni que apoyen la existencia de un «cuerpo etérico», ni tampoco sus supuestas funciones encajan fácilmente en estos esquemas bien establecidos, que son siempre autoconsistentes y no exhiben defectos.
No sería conveniente entrar en más detalles, pero basta con decir que las diferencias entre la constitución humana que se enseñan en Teosofía y «neoteosofía» (originada en Adyar) no sólo atañen al uso de nombres diferentes, sino también cambios en las definiciones/conceptos y los principios básicos de nuestra constitución oculta. Estas divergencias se han introducido también mediante el Lucis Trust a través de los escritos por Alice Bailey a muchos otros grupos Nueva Era. No es fácil saber qué impacto tendrá esto en el desarrollo de una mejor comprensión sobre la forma y las funciones del cuerpo astral.


Blavatsky hizo una advertencia significativa en su artículo de 1889 «A Signal of Danger»:
“La terminología introducida hace quince años en la S.T. es verdadera (…) Esta terminología no podría ser modificada, en esta hora, sin riesgo de introducir en las enseñanzas teosóficas un caos tan deplorable como peligroso para su claridad”.
H.P. Blavatsky. Theosophical Articles, vol. 3, p. 150


Los estudiantes que deseen entender el conocimiento antiguo bien formulado y consistente del Movimiento de 1875 prestarán oído al consejo de H.P.B. y formarán sus propias conclusiones sobre la solidez de los escritos ulteriores, por muchas que sean las pretensiones respecto a ellos.

Se dice que la analogía y la correspondencia son las herramientas más confiables para entender, correlacionar y elaborar deducciones bien razonadas sobre la naturaleza y los fenómenos naturales. Para los estudiantes merece la pena establecer correspondencias y comprobar los escritos que utilizan: de acuerdo con el consejo de Buda, los buenos alumnos no deben aceptar lo que se les da por mera autoridad, sino demostrarse a sí mismos si la enseñanza es confiable, exacta y muestra coherencia interna.


¿POR QUÉ PERCIBIMOS LOS MIEMBROS AMPUTADOS?


El cuerpo astral «no sólo tiene esta fuerza inmensa, sino que al mismo tiempo posee una elasticidad que permite su extensión a una distancia considerable. Es flexible, plástico, extensible y fuerte. La materia de que está compuesto es eléctrica y magnética en su esencia (…) El cuerpo astral es modelo y guía para el físico, y todos los demás Reinos tienen el mismo modelo astral».


«(…) dondequiera que encontremos a un hombre que aún siente la pierna que el cirujano le ha amputado, o percibe dedos que le fueron cortados, ahí entonces el miembro astral no ha sido afectado, y por lo tanto el individuo tiene la sensación de que los miembros estuvieran aún unidos a su ser», dice W.Q. Judge en el Océano de la Teosofía


Ver “The Inner Life of the Cell by Harvard and HHMI” narrated by Dr. Tydell”

 

(Tema 5A. El cuerpo astral. Curso de la L.U.T. Versión abril 2024)


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