19 de septiembre de 2023

Algunas palabras sobre el diario vivir

 

Algunas palabras sobre el diario vivir



(Escritas por un Maestro de Sabiduría) 

Sólo la filosofía divina, la fusión espiritual y psíquica del ser humano con la naturaleza, es la que, revelando las verdades fundamentales que yacen escondidas bajo los objetos del sentido y de la percepción, puede promover un espíritu de unidad y armonía; en lugar de las grandes diversidades de los credos conflictivos. 

Por lo tanto: la Teosofía espera y exige de los Miembros de la Sociedad Teosófica, una gran tolerancia mutua y una caridad hacia las limitaciones recíprocas, una ayuda mutua sin quejarse en la búsqueda por las verdades en todo departamento de la naturaleza, moral y física. 

Este parámetro ético debe ser aplicado resueltamente en la vida diaria.” 

“La Teosofía no debería representar simplemente una colección de verdades morales, un conjunto de ética metafísica, compendiada en disertaciones teóricas. La Teosofía debe ser hecha práctica; por lo tanto: hay que liberarla de digresiones inútiles en el sentido de oratoria vaga y rimbombante. 

Que cada Teósofo haga sólo su deber, lo que puede y debería hacer, así, muy pronto, será tangible la disminución de la suma del sufrimiento humano dentro y alrededor de las áreas de cada Rama de vuestra Sociedad. 

Olvídense del ser (personal) cuando trabajan para los demás y la tarea se hará fácil y liviana.” 

“No esperes que los demás aprecien y reconozcan ese trabajo, ni que esto sea fuente de orgullo. ¿Por qué algún miembro de la Sociedad Teosófica que se esfuerza por convertirse en un teósofo, debería poner algún valor en la opinión buena o mala que su prójimo tiene de él o de su trabajo, mientras que él sepa que es útil y benéfico para los demás? 

En los mejores de los casos, el elogio y el entusiasmo humanos son muy breves; seguramente seguirán la burla del escarnecedor y la condena del observador indiferente para eclipsar, generalmente, el panegírico de las personas favorables. No desprecies la opinión del mundo, ni la provoques inútilmente a la crítica injusta. Mejor quedarse indiferente al abuso y al elogio de los que nunca pueden conocerte como eres realmente, por lo tanto, constatarán que el elogio y el abuso no te alteran. 

Coloca la aprobación o la condena de tu Ser Interno siempre más elevada que las de las multitudes.” 

“Aquellos que, entre vosotros, quieren conocerse en el espíritu de la verdad, aprendan a vivir solos, aun en el medio de las grandes multitudes que a veces pueden rodearles. Busquen unión y relación sólo con el Dios dentro de su alma. Pongan atención sólo al elogio o la crítica de esa deidad que nunca puede estar separada de su ser verdadero; ya que es, en realidad, ese mismo Dios, llamado CONCIENCIA SUPERIOR. Pongan en práctica sus buenas intenciones sin aplazarlas; nunca dejen que ni una se quede como intención, sin esperar, mientras tanto, ni recompensa y ni reconocimiento para el bien que pueden haber hecho. La recompensa y el reconocimiento se encuentran en vosotros e inseparable de vosotros, puesto que es sólo vuestro Ser Interno el que puede apreciarlas en su verdadero grado y valor. 

Cada uno de vosotros contiene, en los recintos de su tabernáculo interno, la Corte Suprema: acusador, defensor, jurado y juez, cuya sentencia es la única sin apelación, puesto que nadie puede conoceros mejor que vosotros mismos, tan pronto como hayáis aprendido a juzgar este Ser (personal) por medio de la luz que nunca vacila de la divinidad interna, vuestra Conciencia superior. 

Por lo tanto: dejad que las masas, las cuales nunca podrán conocer vuestros verdaderos seres, condenen vuestros seres externos según sus luces falsas.

” Por lo general: la mayoría del Areópago público está constituido por jueces auto-elegidos, cuya única deidad permanente son sus personalidades, sus seres inferiores; puesto que, aquellos que, durante su vida, tratan de seguir su luz interna, jamás se les encontrará juzgando y, aun menos, condenando a los más débiles que ellos. ¿Qué importancia tiene que estos jueces auto-elegidos condenen o elogien, si te humillan o te ensalzan de manera apoteósica? Nunca te comprenderán, de una forma u otra. 

Pueden convertirte en un ídolo mientras que te imaginen como un reflejo fiel de ellos mismos en el pedestal o altar que han elevado para ti y mientras los deleitas o los beneficias. No puedes esperar ser nada para ellos excepto un fetiche temporal reemplazando a otro que acaba de ser derrumbado y al cual le seguirá otro ídolo. Por lo tanto: deja que los artífices de ese ídolo lo destruyan cuando quieran, tirándolo al suelo por una causa tan pequeña como la que tenían para elevarlo. 

Vuestra sociedad occidental no puede vivir sin sus Califas de una hora, más de lo que puede adorarlos por un periodo más largo. Cada vez que rompe un ídolo, cubriéndolo de fango, no destrona ni destruye el modelo, sino la imagen desfigurada que su fantasía distorsionada creó, dotándola con sus vicios.” 

“La Teosofía sólo puede encontrar una expresión objetiva en un código de vida omniabarcante, profundamente embebido por el espíritu de la tolerancia, la caridad y el amor fraterno mutuos. La Sociedad Teosófica, como grupo, tiene una tarea que, si no la ejecuta con la máxima discreción, causará que el mundo de los indiferentes y de los egoístas insurreccione contra ella. La Teosofía debe luchar contra la intolerancia, las ideas preconcebidas, la ignorancia y el egoísmo, escondidos tras de la capa de la hipocresía. Tiene que irradiar toda la luz que pueda de la antorcha de la Verdad encomendada a sus servidores. Debe hacer esto sin miedo ni vacilación; sin temer el reproche ni la condena. La Teosofía, por medio de su vocero, la Sociedad Teosófica, debe decir la VERDAD en la cara de la MENTIRA; agarrar el tigre en su cubil sin pensar ni temer las consecuencias negativas y desafiando la calumnia y las amenazas. 

 Como Asociación, no sólo tiene el derecho, sino el deber, de revelar el vicio y hacer lo mejor que puede para rectificar los males cometidos, ya sea por medio de la voz de sus conferenciantes o sus periódicos y publicaciones, expresando sus acusaciones de manera más impersonal posible. 

Sin embargo: sus Miembros no tienen, individualmente, tal derecho. En primer lugar: sus seguidores deben establecer el ejemplo para una moralidad firmemente delineada y aplicada, antes de obtener el derecho de indicar, aun con ánimo bondadoso, la ausencia de una unida ética análoga y un propósito único, en otras asociaciones o individuos. 

Ningún Teósofo debería culpar a un hermano, en la asociación o fuera de ésta, ni siquiera debería criticar las acciones de otro ni denunciarlo, a menos que el mismo quiera perder el derecho de ser considerado un Teósofo. 

Desde luego, como Teósofo, no debe considerar las imperfecciones ajenas; sino centrar su atención en sus limitaciones para corregirlas y hacerse más sabio. Que no muestre la discrepancia entre lo que uno afirma y lo que hace, pero, ya sea en el caso de un hermano, de un prójimo o simplemente de un ser humano, que ayude siempre al más débil que él a lo largo del arduo sendero de la vida.” 

Los problemas de la verdadera Teosofía y su gran misión son, primero: dilucidar concepciones claramente erróneas de las ideas y de los deberes éticos, de la forma que mejor pueda satisfacer más plenamente el derecho y los sentimientos altruistas en los seres humanos y segundo: modelar estas concepciones para adaptarlas a estas formas de la vida diaria, para que ofrezcan un campo donde puedan ser aplicadas con la más grande equidad.” “Este es el trabajo común, colocado ante todos los que están dispuestos a actuar siguiendo estos principios. Es una tarea laboriosa y requiere un esfuerzo vigoroso y perseverante; sin embargo debe conducirte, sin darte cuenta de esto, al progreso, dejándote ningún espacio para alguna aspiración egoísta, fuera de los límites trazados [...]. 

No te abandones, personalmente, a una comparación no compasiva entre la tarea que has llevado a cabo y la que tus prójimos o hermanos dejaron incompleta. En los campos de la Teosofía, no se espera que nadie escarde las malas hierbas en una parcela de tierra más amplia de lo que su fuerza y capacidad le permitieran. No seas demasiado severo con los méritos o los deméritos de quien busca ser admitido entre vuestras filas; ya que la verdad acerca del estado real del ser interno la conoce sólo el Karma y sólo esta Ley, que lo ve todo, puede tratar con justicia tal asunto. 

Hasta la simple presencia, entre vosotros, de un individuo bien intencionado y simpatizante, puede ayudaros magnéticamente [...]. 

Sois los libres trabajadores voluntarios en los campos de la Verdad; y como tales, no debéis dejar ninguna obstrucción en los senderos que conducen a este campo.” * * * 

“Los grados de éxito o fracaso son las señales que los Maestros tienen que seguir; ya que constituyen las barreras que interponéis, con vuestras manos, entre vosotros y aquellos a los cuales habéis pedido ser vuestros maestros. 

Mientras más os acercáis a la meta contemplada, más breve es la distancia entre el estudiante y el Maestro. 

Lucifer, Enero 1888

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